El infame Profesor Füssemayer, mi endiablado garganta profunda que anda meneando el rabo entre la Plaza del Rey, Ferraz, el Ateneo y otros centros de poder cultural capitalinos me ha llamado.
Creo que nunca había hablado antes del Profesor Füssemayer. El profesor Füssemayer es un tipo peligroso. Se sabe que trabajó y se forjó en el gabinete de Javier Solana y desde aquel entonces, hace alcantarillado por libre. Se sabe que el profesor Füssemayer es un puro de los de Surennes, y por tanto siente aversión por los Zapatiestos y la chavalería neo progresista radical.
Füssemayer es lo que viene siendo un BocaChancla, pero no por ello sus comentarios deben ignorarse, ya sean infundios malintencionados, o no. Es mi gran duda. Auque ya llevo muchos años por la Villa y Corte, la pervivencia de este tipo de personajes y conspiradores capitalinos no deja de sorprenderme.
Conocí al Profesor Füssemayer, hace unos meses en las Jornadas del Pichón, una montería que organiza secretamente el Ministerio de Transición Ecológica, en un coto privadísimo cerca del Pardo para disparar a todo lo que se menee por el suelo y aire. A estas cosas en Madrid, siempre te invita el amigo de un amigo. Ya les digo que es una montería de medio pelo del tipo “La Escopeta Nacional” donde se medra y los chismes capitalinos se dan por verdaderos.
En esto de las monterías de estado, yo hago como la realeza: No me meto en un apostadero a solas con un tío armado que no conozca, como lloriqueaba a Franco el hermano del fallecido rey Hassan de Marruecos, “¡¡Con mi hermano, no paissa, con mi hermano no!!”. Con estos ministros no se si debo ir con chirucas de diseño o con el Loden como me recomendó mi madre, “A las cacerías con Suárez se va con Loden”. Cuando le expliqué que se había muerto hacía años, me respondió mientras me repeinaba con colonia Álvarez Gómez, “Pues con el conde de Romanones, igual ”. Y ya lo dejé correr. Con una madre de Vic no se discute sobre el protocolo de Madrid ya que la cosa puede terminar con un ”¿Y qué dice Franco de todo esto?”.
A lo que íbamos. El malvado Füsemayer insinúa sustanciales cambios en la política del Ministerio de Cultura. Por lo visto lo de prometer , montar el numerito, no terminar las cosas o dejarlas a medias, ha provocado que en los pasillos y cuartos de fotocopiadoras ministeriales de esto de la cultura, se empiece a escuchar el calificativo de Calientabragas (en catalán escalfacalçes).
El villano Füssemayer me aclara que “Que si hombre. Que ya se han cansao de tanta pamplina. Lo de devolver obras de arte por ley de la memoria democrática, que si lo de los toros, que si lo de descolonizar museos, que si la ley de derechos del artista, el numerito del circo y Notre Damme. Nada de Nada”…Yo le replico que parece que nuestro Restituidor y Descolonizador Máximo, acaba de salir en la foto entregando un cuadro expoliado a los herederos de Giner de los Rios, pero el malvado Füssemayer replica que parece que esta va a ser la política del Ministerio: La FotoHappening y nada más. Imagino a quien se refiere con del Calientabragas y me temo lo peor.
El despreciable Füssemayer apunta con malicia, que el Number One fustiga inmisericorde y aborta sistemáticamente las iniciativas del Chavalote para demostrar quien manda en casa, y que en esto de Cultura y Propaganda, no hay nada como 869 asesores y que para algo montó un ministerio de cultura paralelo en la Moncloa, que se llama Secretaría de Cultura de Presidencia, con la tal Manuela Villa al frente.
Alarmado, le pregunto de quien ha sido entonces la genialidad de celebrar en 2025 el aniversario “Franco murió en paz, en la Paz”, por aquello de que murió tranquilamente y reivindicando de paso la Sanidad Pública, como bien saben los conspiradores de la Gauche Divine del Boccacio de Barcelona, que semanalmente se reunían para llevar a cabo un magnicidio y al que llegaron tarde por diletantes y pasar los fines de semana en Llafranc.
El abyecto Füssemayer responde que la cuestión es como sea, no celebrar de ninguna manera los 50 años de la Constitución y monarquía parlamentaria, y que desde Moncloa, se han apropiado de las brillantes propuestas que se habían planteado en la segunda planta del ministerio de cultura, como remasterizar los Partes Médicos Habituales de los doctores Pozuelo, Vicente Gil y Cristóbal Martínez Bordíu y hacer un disco en plan los Tres Tenores, o una Exposición Inmersiva en el Hospital de la Paz del tipo “¿Cómo matarías tu a Franco en la cama”, o que podría regalarse con el PAIS un coleccionable con “Las 300 radiografías del Dictador”. Incluso se había pensado en proyectar en el Bernabeu un holograma gigantesco de Franco simulando un Darth Vather gallego y bajito y el Chavalote luchando contra él con Sable de Luz y rescatando a la otra haciendo de Pincesa Leia, pero con una nariz más diferente y rubia de bote. Pero no quiero hacer spoiling.
Yo insisto en que no me cabe en la cabeza que nuestro audaz paladín de la cultura, se resigne sólo a la Foto- Performance-Política y que no hable por ejemplo, de los abogados que están trabajando desde hace años en esto de las restituciones de obras expoliadas que les involucró, o vaya a sólo a funerales de estado como el de Marisa Paredes. Dudo se limite a la Foto-Happening vestido de Charlie Rivel , en vez de aclarar cuando empezarán las obras en la biblioteca nacional o como se recuperará el patrimonio histórico cultural valenciano perdido en la Dana. Me niego a pensar que no sabremos cuando empiezan a demolerse las plazas de toros de España, a menos que salga en la foto de negro con un casco amarillo.
¡Es lo que hay chaval!. Está amortizao. Como mucho un TIkTok, y de vez en cuando y siempre que le parezca bien al Number One. Éste ya no sirve pa ná ” Me responde castizo el perverso Füssemayer.
Cuelgo angustiado. Tantas y tantas promesas, y otras que me contó (o filtró) Füssemayer que haría, como la demolición del Prado y el Museo de América por depósitos oscurantistas y colonialistas del arte, desacralizar la Catedral de Santiago por acoger los restos de aquel racista del Matamoros, devolver a Méjico toda la orfebrería y plata de las catedrales y patrimonio nacional o la quema de bodegones flamencos con animales muertos.
Tantas y tantas cosas que decía que iba a hacer por nuestra cultura y al final queda de florero.
Ya no sé que pensar ¿A ver si es verdad lo que dice Füssemayer, y resulta que sólo es un Escalfa Calçes?
Jorge Llopis, director de Pecados del arte.