EMAYA asegura que hace todo lo que puede para borrar graffitis en Palma. El 2013 eliminó
un total de 4.387 con un gasto total de
240.000 euros. No obstante, sus responsables reconocen que tienen un campo de actuación "reducido", según afirma
Antoni Malagón, alto empleado de esta empresa pública.
Todas las pintadas en parques, comenzando por el e Sa Riera, no corresponden a EMAYA, sino al departamento de Infraestructuras de Cort,
que interviene por su cuenta. A su vez, las barreras y cerramientos de las tiendas de los comerciantes han de ser repintadas por los propietarios pagando ellos de su bolsillo, igual que las puertas de las fincas. Por otra parte, los monumentos catalogados necesitan el permiso y la intervención del Consell.
De esa forma, EMAYA sólo puede borrar graffitis en paredes de edificios donde sí tiene competencia según la legislación vigente. Esa disparidad de competencias a la hora de permitir la limpieza a uno u otro organismo dificulta mucho la actuación de las brigadas dedicadas a esta tarea.
Antoni Malagón afirma que "a nostros limpiar nos cuesta 240.000 euros al año, pero el coste total de la lucha contra los graffitis es mucho mayor,
probablemente superior al millón de euros". Malagón propone crear zonas especiales donde estos "artistas"
puedan pintar "libremente, sin problemas y bajo control público".
Otra solución podría ser situar cámaras en calles céntricas y parques para que la Policía Local pudiese identificar y
cazar a los graffiteros. De momento su impunidad es muy alta.