El zorro y las uvas

Basta dar un breve repaso a los fichajes efectuados por los clubs de segunda división en el mercado de invierno para identificar a quienes aspiran de verdad a conseguir un objetivo. La clasificación que se ha empezado a vislumbrar confirma las candidaturas del Real Oviedo, Cádiz, Tenerife y Girona, así como la firma apuesta del Gimnástic por la permanencia en contraste con la tibia reforma del vestuario mallorquinista.

Fernando Hierro cuenta nada menos que con un defensa central del nivel de David Costas, verdugo del Mallorca entre otros, así como Saúl Berjón, que ya destacó en el Ciudad de Murcia y en el Eibar. Alvaro Cervera dispone Imaz, un eficaz sustituto de Ortuño en previsión de lesiones o sanciones, además del joven cachorro, Aketxe, codiciado por media categoría. Pep Lluis Martí aún tiene en la récamara al japonés Shibasaki, que empieza ya a entrenar y al sportinguista Rachid; el tercer refuerzo, Tyronne, ya demostró el sábado en Son Moix aquello de lo que es capaz. Mojica, ex del Valladolid y el Rayo, ha apuntalado las bandas de los catalanes del norte, mientras los del sur, además de colocar a Juan Merino en el banquillo, han recuperado al mayor de los Emaná, junto a Luismi (Valladolid) y Barreiro (Alavés). En definitiva futbolistas contrastados y contratados para funciones específicas que mejoran las prestaciones de sus respectivos equipos en determinadas demarcaciones.

Por el contrario Maheta Molango y sus secuaces se devanaban los sesos en la manera más sofisticada de aligerar su nómina sin conseguirlo y, para callar bocas, terminaron encomendándose a tres jovenzuelos sin experiencia que, sin compromiso, en junio regresarán a sus respectivos clubs y han sido rebotados a Son Moix por no resultar necesarios en sus lugares de procedencia. Es la palpable demostración de lo que quieren unos y otros, ir a por uvas o pasarse de zorro.