La salida a Bolsa de AENA no ha supuesto -y todo apunta a que tampoco supondrá- ningún beneficio ni ventaja para los ciudadanos de las Islas Baleares. Hoy se pueden ver en todos los medios gráficos las espectaculares imágenes del choque de un camión de transporte de personas con movilidad reducida contra un puente de Son Sant Joan. Sí, en Mallorca. No fue en ningún país tercermundista.
El sindicato CGT denuncia que es un ejemplo más de la falta de mantenimiento de la flota de vehículos, que viene a sumarse a las cada vez más precarias condiciones laborales del colectivo de empleados de la empresa adjudicataria del servicio. Y ahí está el saqueo: en la adjudicación.
La empresa adjudicataria debe considerarse la principal responsable de situaciones como la descrita. Sin embargo, a nadie debe escapársele el nudo del asunto. AENA está dispuesta a exprimir el limón de Son Sant Joan hasta las últimas consecuencias, sin piedad ni miramientos. A todas las novedades del aparcamiento que han supuesto que todos paguemos más por dejar el coche en nuestra principal via de salida, hay que sumar la brutal comercialización de los espacios que llega al extremo de que hay que pasar sí o sí por el Duty Free para coger nuestro vuelo, o a las durísimas condiciones para la externalización de servicios.
Cada concurso nuevo se saca considerablemente a la baja respecto al anterior que ha expirado. Es el caso del servicio de transporte interno de personas con movilidad reducida. La adjudicación ha sido reciente y por mucho menos dinero que el anterior. La empresa que gana el concurso ya sabe que para realizar el servicio tendrá que escatimar cada día en todo lo que le sea posible. Los sindicatos dicen que el accidente del domingo no es el primero y que siempre está presente como causa la falta de mantenimiento -cuesta dinero- de los vehículos.
Los trabajadores se quejan del silencio de AENA ante la multitud de escritos de protesta que le han remitido. Si no responde, AENA es cómplice de lo que está pasando y de lo que pueda pasar en un futuro.
AENA vino para quedarse, para explotar al máximo uno de sus aeropuertos más rentables, y para no tener la más mínima conciencia social con quienes vivimos en una isla en un mundo cada vez más globalizado y que te hace pasar por su aeropuerto -el de AENA- cada dos por tres. Su cortijo.