Las nuevas tecnologías forman parte de nuestro día a día desde hace ya algo más de una década. Y este uso, como no podía ser de otra manera, se ha trasladado al ámbito educativo. De hecho los currículums escolares, es decir, aquello que se tiene que enseñar a los niños en la escuela contemplan ya un bloque para el aprendizaje de las nuevas tecnologías.
Una de las casuísticas que genera algún que otro problema en las aulas es el uso del teléfono móvil. Este hecho puede provocar disparidad de criterios a la hora de aplicar una metodología en el aula. Es decir, si por un lado, se marca que en los colegios e institutos se tiene que trabajar la competencia digital y por otro nos encontramos con serios problemas en el uso de las nuevas tecnologías, yo como docente me pregunto: ¿dónde está el problema? ¿en el uso del móvil?
Si reuniésemos a un grupo de docentes alrededor de una mesa, nos daríamos cuenta de la disparidad de opiniones que se generan al respecto. Unos, defenderían con estudios que lo avalan, que el uso de los móviles a tempranas edades puede tener graves consecuencias, no solo en el ámbito educativo sino también en el ámbito personal con conductas insanas que podrían acabar en adicción.
En este sentido, algunos docentes se acogerían a que, hoy en día, los niños ya disponen de tableta, chromebook o pizarra digital como para no necesitar utilizar el móvil en el aula con fines pedagógicos.
Sin embargo, otros docentes te defenderían que no se puede maldecir al móvil ni a las nuevas tecnologías porque son parte de nuestro día a día a pesar de que el aula actual cuente con todos esos recursos tecnológicos.
Pero, la realidad es bien distinta. En muchos centros educativos sí existen problemas derivados del maluso de los móviles: grabaciones a profesores, sexting, bullying, etcétera; pero, la pregunta del millón es: ¿esto se produce porque existe el móvil? La respuesta es contundente: No. Estos fenómenos se producen con anterioridad a la aparición del teléfono móvil.
Es por ello, que no se tiene que maldecir al canal, lo que se tiene que hacer es educar para que se utilice de manera correcta el canal. Los centros educativos, y me refiero, a toda la comunidad educativa, tiene que hacer un replanteamiento en sus posiciones. Trabajar desde dentro la competencia digital y educar a los alumnos en un buen uso y un uso correcto del dispositivo. El docente juega un papel muy importante; el alumno tiene la responsabilidad y la familia, el control.