El turismo que no queremos

En la escala de turismo incívico, el incendio ocasionado por un grupo de turistas en un bar de s'Arenal ha pasado a ocupar uno de los niveles de mayor gravedad. A los ruidos, las peleas, los desperfectos del mobiliario urbano, las borracheras o los casos más graves de balconing se ha sumado la nueva categoría de incendio provocado que representa el grave suceso del pasado viernes.

El incidente se produjo este viernes por la tarde cuando,desde un edificio adyacente, un grupo de turistas alemanes -presuntamente, y según testigos presenciales- lanzó líquido inflamable y colillas sobre el techo de cañizo de la terraza del 'Why Not Mallorca Bar Lounge Chillout', un local conocido anteriormente como Cupido, en la calle Berga de s'Arenal. El suceso alcanzó rápidamente grandes proporciones y obligó a desplazar al lugar a varias dotaciones de bomberos, Policía Local de Llucmajor, Guardia Civil y ambulancias, en medio de la gran expectación que provocó el fuego entre vecinos y turistas de la zona. Varias personas resultaron intoxicadas por efecto del humo y un ciudadano extranjero tuvo que ser atendido por las heridas producidas al intentar escapar del caos provocado. El fuego acabó afectando a locales adyacentes.

Como consecuencia del incendio, la Policía detuvo a trece turistas alemanes como presuntos responsables del suceso y el juez de guardia dictaminó enviarlos a prisión sin fianza el pasado sábado. Los detenidos están acusados de provocar graves daños en el hotel donde se alojaban y en dos bares adyacentes, incluido el que fue origen del fuego. Al parecer los detenidos llevaban varias horas de fiesta en el hotel, provocando altercados y ruidos, hasta que comenzaron a arrojar alcohol y colillas al tejado del bar anexo, a la vez que grababan el fuego con sus móviles.

Estos turistas representan el turismo que Mallorca ni quiere ni necesita. Sobre ellos debe caer todo el peso de la ley, más allá de la normativa autonómica contra el turismo de excesos. El Código Penal debe aplicarse con todo rigor, fijando penas y sanciones que sirvan de ejemplo a todos aquellos que, todavía hoy, ven sus vacaciones en Mallorca como una barra libre de incivismo sin consecuencias.

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