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El TIL de la discordia

martes 23 de septiembre de 2014, 19:42h

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La sentencia del TSJIB que anula el TIL y la inmediata reacción del Govern Bauzá de presentar recurso ante el Tribunal Supremo calienta más si cabe la polémica sobre el decreto de trilingüismo, que ha marcado buena parte de la legislatura. A una situación tan tensa, que ha movilizado a miles de docentes, ya solo le falta esta decisión de los jueces baleares para que buena parte de los centros docentes continúen siendo una olla hirviendo de aquí al final de legislatura.

La presentación del recurso ante el Supremo implica que el Govern mantiene su decisión de seguir este curso aplicando el decreto. Eso es sinónimo de nuevas tensiones de la Conselleria d' Educació con maestros y profesores, que ahora cuentan con el aval de esta sentencia no firme para continuar con su programa de protestas. Las camisetas verdes se han convertido en un aditamento de la presente legislatura.

La convocatoria de huelga del inicio de curso demostró cansancio entre muchos docentes. El seguimiento fue flojo, señal clara de que muchos profesionales de la enseñanza anhelan un curso tranquilo y armónico. Pero la sentencia del TSJIB ha añadido mucho voltaje a un circuito que estaba tranquilizándose. Es posible que la tensión vaya en aumento en los próximos meses y que se llegue a las elecciones sin sentencia definitiva. También parece más que probable que los sindicatos comiencen ya a preparar movilizaciones para después de Semana Santa, ya a las puertas de la campaña electoral.

Este es el panorama después de la sentencia anulatoria. Se trata de un berenjenal que muy bien se hubiera podido ahorrar el Govern si hubiera actuado sin tantas prisas, llevando el diálogo a los claustros y preparándoles para el trilingüismo a medio plazo. Ahora todo está demasiado radicalizado.

Lo más importante es pensar en los alumnos, en que puedan tener un curso fructífero. Y también en establecer puentes para que el tercer trimestre no se convierta en una olla hirviendo. Por encima de las sentencias, está la habilidad política para recuperar el pulso de la estabilidad social. Aún hay tiempo para el diálogo.