En Sineu, y en buena parte de la isla, no se habla de otra cosa. Y es que después de la Cabalgata celebrada el jueves por la tarde, la primera sin restricciones por la pandemia de coronavirus (Covid-19), el Rey Baltasar se negó a entrar en la iglesia del pueblo para adorar al niño Jesús, tal y como manda la tradición.
Los hechos tuvieron lugar al llegar la comitiva real a la iglesia. Allí, el Rey Baltasar habló con las autoridades y organizadores para comentarles su decisión. A pesar de los intentos por convencerlo, no hubo manera. Al ser musulmán, sus creencias le impedían cumplir con la tradición.
De esta manera, los tres Reyes Magos de Oriente se quedaron en el exterior del templo, donde atendieron amablemente a los niños y a las niñas que quisieron inmortalizar el momento con fotografías. Así, tampoco se llevaron a cabo los tradicionales discursos de bienvenida a Sus Majestades.
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