La ruptura del ‘Acuerdo conjunto de PP y Vox para el Gobierno de las Islas Baleares’, suscrito hace poco más de un año, en junio de 2023, por la entonces portavoz parlamentaria de Vox, Idoia Ribas, y el portavoz del PP en el Parlament, Sebastià Sagreras, marca un punto de inflexión en Legislatura en curso.
Esta decisión, adoptada por la dirección nacional de la formación ultraconservadora por razones que nada tienen que ver con la política balear ni con el grado de cumplimiento del citado acuerdo, deja al PP en una posición delicada, obligándolo a gobernar en solitario y a negociar con todos los grupos parlamentarios la aprobación de los presupuestos anuales de la Comunidad Autónoma y otras iniciativas legislativas esenciales para los ganadores de las elecciones de mayo del año pasado.
Sin embargo, esta dificultad añadida también se presenta como una oportunidad para el PP de la presidenta Marga Prohens, de soltar lastre y liberarse de la dependencia de una formación radical, inestable y profundamente dividida en dos bloques irreconciliables.
Los ‘populares’ habrán de hacer verdaderos equilibrios y cesiones para mantener la estabilidad gubernamental y avanzar con su agenda política sin el apoyo estable de Vox
Los ‘populares’ habrán de hacer verdaderos equilibrios y cesiones para mantener la estabilidad gubernamental y avanzar con su agenda política sin el apoyo estable de Vox. Prohens deberá ahora demostrar su capacidad para negociar y llegar a consensos con otras fuerzas políticas en el Parlament. Y aunque la situación pueda percibirse como un retroceso, también ofrece una oportunidad única. Al desprenderse de la alianza con Vox, el PP tiene la posibilidad de establecer un gobierno más moderado y centrado, alejado de las posiciones extremas que a menudo caracterizan a Vox.
Gobernar sin la influencia de Vox puede mejorar la imagen del PP ante un electorado más amplio, incluidas aquellos ciudadanos que rechazan las políticas ultraderechistas.
No obstante, el reto es titánico. El Govern se enfrenta a un panorama complicado, con la necesidad de gestionar cuidadosamente cada iniciativa legislativa y de mantener un equilibrio político delicado. La capacidad de Prohens para manejar estas dinámicas determinará en gran medida el éxito de su Ejecutivo en los próximos meses. La ruptura con Vox no solo representa un desafío, sino también una oportunidad para que el PP demuestre su liderazgo y su compromiso con un gobierno más inclusivo y estable.