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¿El regreso al regionalismo?

miércoles 27 de mayo de 2015, 20:38h

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Es curioso leer y escuchar a algunos políticos y periodistas afirmar que el tema lingüístico no importa a casi nadie o que no ha sido una de las causas del batacazo electoral del PP balear, cuando al mismo tiempo se refieren constantemente, de un modo u otro, a esta cuestión, apelando a conceptos con tintes místico-nacionalistas como el “regionalismo perdido”, o “los ataques a nuestra lengua”. ¿Qué regionalismo y qué lengua?

Una cuestión que, una vez más, desde que existe la Fundación Círculo Balear, ha influido en los resultados electorales. Ya ocurrió en 2007 cuando Jaime Matas perdió la posibilidad de gobernar, en 2011 cuando José Ramón Bauzá la recuperó, y en 2015 cuando la ha vuelto a perder. Tiren de hemeroteca.

Un importante sector de la población decide su voto en función de la política aplicada a esta cuestión. No porque tengan una especial predilección por la filología, sino porque la lengua, la regional en nuestro caso, es el instrumento que utiliza el nacionalismo para llevar a cabo su principal objetivo político: Crear nacionalistas que justifiquen su propia existencia, a través del adoctrinamiento educativo planificado a medio y largo plazo. El nacionalismo utiliza la lengua como instrumento para conseguir sus totalitarios objetivos y no tiene escrúpulos en pisotear derechos, libertades, sentencias, leyes, y manipular la historia para ello, como sucede en Baleares. Aquí reside la preocupación.

Una preocupación que hemos conseguido trasladar desde la sociedad civil a los responsables políticos de diferentes partidos constitucionalistas, y también al Partido Popular, gracias a José Ramón Bauzá y Carlos Delgado.

La libertad y la defensa de la lengua y cultura balear frente al pancatalanismo excluyente fue uno de los pilares del programa y campaña electoral de 2011: El PP consiguió el mejor resultado electoral de su historia.

Lamentablemente no se impuso el mandato democrático de las urnas sobre el intento de contentar a un minoritario sector catalanista del partido, que no regionalista, que propuso una serie de decisiones erróneas, como la de nombrar consejero de educación al nacionalista Rafael Bosch. Que tiene el dudoso honor de haber provocado el mayor registro de quejas y denuncias en la historia de Baleares presentadas por familias que lo único que pretendían es que se cumpliera con una legalidad vigente que garantizaba su libertad de elección de lengua.

El tándem Rafael Bosch – Nuria Riera es directamente responsable de abandonar a miles de familias, y muchos docentes, votantes del PP, quienes, impotentes, han visto como los integrantes de la extremista assemblea de docents infringían la ley regocijándose en su impunidad.

El PP de Bauzá ha perdido 74.233 votos. La mayoría de ellos por no cumplir con la libertad lingüística y con el regionalismo representado en la amenazada lengua y cultura balear. Y no el catalanismo que pretenden recuperar los mismos legisladores del PP balear que nos trajeron la dictadura catalanista y que acertadamente apartó José Ramón Bauzá. A ellos les recomiendo, humildemente, la nueva marca de la extinta Unió Mallorquina, el PI. Allí estarán cómodos y entre amigos.

Además, la realidad es tozuda: Los correligionarios de la corrupta Munar no han recogido ese supuesto voto regionalista desencantado con el “españolismo” de Bauzá. El PI ha aumentado en 9.853 votos su resultado de 2011 cuando se presentaba con otra marca blanca, Lliga-Convergencia. Suponiendo que este incremento se deba exclusivamente a votantes del PP, que es mucho suponer, ¿dónde están los restantes 64.380 votantes perdidos del PP? Es más, si seguimos haciendo suposiciones y les restamos los 25.317 de Ciudadanos, que también es mucho suponer, siguen desaparecidos casi 40.000 votantes populares. ¿Dónde están? Yo se lo digo: En su casa. La buena intención de José Ramón Bauzá no ha sido suficiente. Ya lo avisamos.

Que sepan los del falso regionalismo que la actual sociedad no es aquella de los años 80 y 90. Ahora disponemos de una sociedad civil vertebrada y mejor organizada que defiende los valores y principios que propiciaron el éxito electoral de Bauzá. Los mismos que también han sido asumidos por nuevas formaciones políticas que pueden, y deben, recoger esos votos si el PP balear postBauzá los abandona.
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