El PSIB-PSOE hizo pública este miércoles su decisión de abandonar la Mesa para el Pacto por la Sostenibilidad Económica, Social y Ambiental de las Illes Balears. Lo hizo el mismo día de la inauguración de Feria Turística de Madrid Fitur 2025, con la malévola intención de acaparar un protagonismo mediático inmerecido y que demuestra que los socialistas no están por la labor de cooperar en este proceso participativo impulsado por el Govern de Marga Prohens.
Siguen los pasos de otras organizaciones como el GOB, Fórum de la Societat Civil y la Federació d'Associacions de Veïns de Palma, quienes a finales del año pasado tomaron idéntica decisión, demostrando bien a las claras que o se hace lo que ellas dicen o no les interesa participar en ninguna mesa de diálogo. El argumento esgrimido por estas entidades señala una falta de voluntad del Govern del PP para alcanzar consensos reales. Sin embargo, procede preguntarse si estas renuncias no responden también a una visión reduccionista del diálogo democrático.
La Mesa para la Sostenibilidad fue concebida como un espacio plural para debatir medidas frente a problemas como la saturación turística, que afectan al medioambiente y al bienestar de la ciudadanía. Con el abandono de ciertos actores sociales y políticos, bajo el pretexto de una falta de confianza en el proceso, se evidencia una clara incapacidad para aceptar resultados que no coincidan con sus postulados. La democracia no consiste en imponer una visión única, sino en articular soluciones desde la diversidad.
Que estas organizaciones opten por desmarcarse y criticar, enriquece su retórica política y divisiva, pero empobrece el diálogo
El camino hacia la sostenibilidad es un reto complejo que exige cooperación y consenso. Que estas organizaciones opten por desmarcarse y criticar, en lugar de participar constructivamente como están haciendo la gran mayoría de participantes en la Mesa, enriquece su retórica política y divisiva, pero empobrece el diálogo. Si bien es fundamental que todos los actores sientan que sus opiniones son valoradas, también lo es reconocer que ningún grupo tiene el monopolio de las soluciones correctas.
La salida del PSIB-PSOE y de otras entidades plantea un hecho incontrovertido: la sostenibilidad de Balears y de su actividad económica principal, basada en la industria turística, no será posible sin diálogo inclusivo, donde todas las voces se escuchen y se integren. El desafío está en construir puentes, no en cavar trincheras. Pero los socialistas, liderados desde Madrid por Francina Armengol, están por la labor. No cabía esperar que, en este asunto, el PSIB arrimase el hombro, pudiendo practicar la oposición tenaz a la que tienen acostumbrados a la ciudadanía de Baleares. Siguen sin comprender que, justamente por su radicalidad, fueron desalojados del poder en las principales instituciones de Baleares en 2023.