El precio de una vida

Creo que ante todo hay que mirar hacia adelante, después de vivir una catástrofe como la que hemos vivido esta semana en Mallorca. Tenemos que asumir entre todos un reto, el de evitar que estas catástrofes que son hoy en día inevitables causen el menor número de victimas, porque todo lo material se puede reponer, pero las vidas perdidas son irrecuperables.

Veo con intranquilidad hoy en la prensa un informe sobre la delicada situación de algunos torrentes de la Isla y las posibilidades de que afecte a muchos ciudadanos y me parece bien que aparezcan estos informes, pero se tiene que empezar a trabajar desde ya para que se hagan las obras necesarias, para mitigar en lo posible los daños que puedan causar fenómenos meteorológicos como el sufrido esta semana.

Si parece ser que una buena parte de la comunidad científica opina que hay y habrá cambios en el clima y puede desembocar en lluvias torrenciales, mas incendios, crecidas de mares o apariciones de tormentas tropicales, no podemos esperar a que nos pillen desprevenidos. El problema es que si uno mira los presupuesto de nuestra Comunidad, la partida para el Medio Ambiente es sólo del 5% y el capítulo de infraestructuras no aparece como uno de los cuatro puntos importantes que reseña el presupuesto.

En definitiva si no se le puede poner precio a una vida, no hay excusas para que en los presupuestos municipales, autonómicos y del Estado no se incluyan partidas para que la población esté cada día más protegida, dentro de lo posible y si hay que pasar partidas presupuestarias a la cola, que se haga, porque sino priorizamos la vida humana es que el sistema falla y repito falla el sistema, porque lo que son las personas normales no fallan, hay están con toda la solidaridad, venidas de todas partes de nuestras Islas y del resto del Estado, también mención a todos los profesionales que se están desviviendo y a los que querían estar y no se sabe bien porque razón no les han dejado actuar como son los bomberos de Palma de Mallorca.