El PP ya ha tomado la decisión de forzar la renuncia de
Mateu Isern para que
no se vuelva a presentar como candidato a alcalde de Palma en las elecciones del año que viene. La fórmula que utilizarán será la de
hacerle la lista electoral, prácticamente del primero a último de los candidatos que irán detrás de él
sin dejarle opción a que pueda colocar a sus hombres de confianza. Esta lista se confeccionaría en octubre y sería aprobada por el PP-Palma con la anuencia de la dirección regional del partido. Dentro del PP están convencidos de que Isern no tendrá
otro camino lógico que la renuncia voluntaria.Queda así en principio descartado que el PP-Palma fuerce la celebración de unas primarias para la elección del candidato, ya que este sistema sólo se utiliza en todo el mundo cuando los partidos están en la oposición, no cuando ostentan el poder. En el caso de Palma se desarrollará un proceso interno
"normal" en el que no habrá destituciones, sino que se aguardará a que Isern,
"por voluntad propia", haga público que no se presenta a la reelección y verse rodeado de rodriguistas por todas partes y teniendo que asumir que no tiene el más mínimo poder dentro del partido.
Esta ofensiva de
José María Rodríguez y su aparato contrasta con la popularidad de Isern de cara a la ciudadanía. Ganó por mayoría absoluta y siempre ha estado bien visto por los ciudadanos en las encuestas. A nivel de calle es muy apreciado y ha conseguido fama de político
serio, dialogante, buen gestor y, sobre todo, simpático y abierto a todos. Nadie habla mal de él en el conjunto de la sociedad civil. Pero de puertas para adentro del PP de Palma se ha levantado un muro contra él. Este muro llega hasta la cúpula del PP-Balear. Muchos dentro del partido ya le dan por sentenciado.