Ustedes pensarán a partir de los primeros datos de las elecciones, que ayer España dio un vuelco a la derecha. Es verdad: en muchos lugares del país ha sido así (escandaloso el porcentaje del PP en Murcia, por encima del 60 por ciento). Pero en Baleares... no tanto. El Partido Popular, que había sacado 208.000 votos en el año 2008, sólo ha subido a los 212.000 votos; la peor crisis económica que se recuerda, gestionada de la peor manera posible, sólo le ha servido para llevarse esa mínima diferencia. ¿Cómo se explica el giro a la derecha, pues? Porque el PSOE, que en 2008 había sacado 209.000 votos, superando por la mínima al PP, vio cómo se derrumbaba su base electoral. Cayó en 86.000 votos, lo que es un hundimiento en toda regla. Ese hundimiento alimenta, en parte, al incremento de la abstención; en parte a los 4.000 votos para el PP; en parte, imagino, a los cuatro mil votos para el partido en blanco, y después a una larga lista de votos para partidos menores, entre los que el repunte más llamativo es el de UPyD, que llega a los 18 mil votos, de los tres mil anteriores. El PSM sube cinco mil, pero con 30, no llega a avistar el escaño. ¿Giro a la derecha? En Baleares, más bien hundimiento de la izquierda, que no es exactamente lo mismo.
