El Perfume (EMAYA y III)

Hay barriadas de Palma a las que le están cambiando el perfume porque la basura se amontona día tras día alrededor de los contenedores. Y hace calor. Mucha.

Todo esto está sucediendo en una semana en la que se nos anunciaban un acuerdo y una paz social que dejaban atrás la conflictividad y la amenaza de huelga en el servicio de limpieza y de recogida de basuras de la capital balear.

Casualmente y coincidiendo con la suspensión de la huelga, el absentismo laboral se ha duplicado en estos servicios. No ha sucedido lo mismo en el resto de colectivos que forman parte de la empresa municipal.

Para mí, esto es una huelga de celo encubierta, difícilmente detectable -y por tanto difícilmente denunciable- que siempre negarán los miembros de este comité de empresa que hace poco suspendieron la huelga en EMAYA porque, pudiendo ser ilegal, serían despedidos con un "procedente" marcado en la frente.

Otra vez estamos jugando con el sufrimiento y el silencio de los ciudadanos que, por cierto, pagan impuestos religiosamente para que se lleve a cabo este servicio.

Los sindicatos están intentando defenderse denunciando una campaña de desprestigio y difamación por parte de la empresa. No deben olvidar los sindicalistas liberados que ya sabemos que el año pasado en estas fechas el absentismo laboral era del 5%. Hoy es del 12%.

Señalado todo esto, bueno será también pedir a la dirección de EMAYA que investigue, que estudie bien los partes de baja, que contrate detectives privados si conviene, y, sobretodo, que se esfuerce un poco en tomar cartas en el asunto de la deficiencia en el servicio. Yo no sé cómo organizar el servicio de basuras, como tampoco lo saben los del comité de empresa que dicen que sí lo sabrían hacer. No sabemos casi nadie. Pero quizás un turno rotatorio por barrios para que no sean sólo Reyes Católicos y Pere Garau los grandes afectados debería ser una opción a estudiar.