Este plazo finalizará en junio del 2020 y será cuando entonces todas las diócesis deberán tener listos y operativos un sistema a través del cuál se puedan denunciar los abusos sexuales.
Con ello, el Papa pretende que los obispos avisen con premura de cualquier sospecha sobre abuso sexual
La norma hace referencia a los encubridores de abusos al citar conductas consistentes en acciones u omisiones dirigidas a minimizar o interferir en las investigaciones civiles o canónicas, administrativas o penales contra un clérigo o religioso por parte parte de cardenales, patriarcas, obispos, legados del Romano Pontífice, clérigos al cargo de gobiernos pastorales o miembros de institutos de vida consagrada.
No se ha especificado en qué consisten estos sistemas de control aunque sí se tiene claro que han de servir para que las personas que han sufrido abusos puedan recurrir a la Iglesia local con la seguridad de que serán bien recibidas, que estarán protegidas de las represalias y que sus informes serán tratados con la máxima seriedad.