Están rebotados los Ciudadanos muy españoles y muy madrileños con la FELGTB por no dejarles llevar carroza propia en la mani del Orgullo de este año y es que los de Rivera y Aguado que son tan liberalísimos creen que a la vez que se acuestan con VOX y se manifiestan en Colón podrán participar en el Orgullo LGTBI como si nada. Hay que ser muy canallas para exigir ir de abanderados del colectivo cuando pactan con los que nos odian y nos quieren llevar a terapias de conversión. Ciudadanos no tiene ideología. Ellos se arriman a lo que se tercie con tal de sacarle rédito electoral. Lo peor es que cada vez hay más gays derechizados que comulgan con las ideas más conservadoras y retrógradas de la nueva derecha española verdi-naranja azulado. Como dice mi amigo Paco Tomás “algo hemos hecho mal cuando el modelo de hombre homosexual es Javier Maroto”. Lo peor de los liberales es que arrasan con los principios y mercantilizan todo lo que se les pone por delante.
La nueva derecha cree que ya basta de derechos. Incluso muchos gays aceptan y compran el discurso de odio hacia el colectivo, hacia las asociaciones y hacia todos aquellos activistas y militantes que son los que se partieron la cara para que hoy podamos casarnos y pasear por la calle con la cabeza muy alta (aunque luego nos la abran a golpes). Son una pandilla de descerebrados que se olvidan que hasta hace muy poco nuestra vida era mucho más complicada y marginal. Muchos ignoran que en España la izquierda es la única que ha luchado por nuestros derechos desde la muerte de Franco. El síndrome de Estocolmo hace estragos entre gays, lesbianas, bisexuales y transexuales que creen que los derechos nos los han regalado y cuya única ideología es el liberalismo y el consumismo desaforado. Mientras tengan dinero para ir de Orgullo en Orgullo, el Grindr Premium Vip MascXmasc y dinerito para pRep pirata online todo lo demás es secundario para los nuevos retro gays del 155.
Hace dos días se celebró el cuarto aniversario del fallecimiento del grandísimo Pedro Zerolo gracias al cual se aprobó la ley del Matrimonio Igualitario de la que hoy disfrutamos. La derecha le odiaba. Incluso el propio Almeida (posible futuro alcalde de Madrid) votó en contra de que le pusieran su nombre a la antigua plaza Vázquez de Mella. La campaña mediática de la caverna periodística le despedazó en vida pero él siempre resistió con un estilo y un saber estar inigualable. Zerolo siempre tuvo muy claro que España debía luchar por llegar a ser un país feminista, igualitario y mucho más justo. Esperemos que el PSOE de Pedro Sánchez llegue a pactar con la izquierda y ponga en práctica aquello que le cantaban los suyos la noche de las elecciones de “¡¡Con Ciudadanos NO!!”