El fiscal de Agrigento (Sicilia), del que depende Lampedusa, Luigi Patronaggio, tomó la decisión después de subir a bordo de la nave española acompañado de varios médicos para verificar el estado de los migrantes y la situación que reina a bordo, descrita por la tripulación como desesperada.
Según fuentes del procedimiento, el fiscal ha tomado esta decisión a instancias de la organización al amparo del artículo 328 del Código Penal, que castiga con entre seis meses y dos años al funcionario público que haya omitido su deber que, "por razones de justicia o de seguridad pública, o de orden público o de higiene y salud, debe ser cumplido sin retraso".
El Open Arms tendrá ahora que quedar dos semanas en Italia en el marco de esta investigación.
Esta Fiscalía investigaba un presunto delito de secuestro de personas para determinar por qué no pudieron desembarcar los migrantes en Italia a pesar de que un tribunal tumbó la semana pasada orden del ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, de que el barco no entrara en aguas territoriales italianas.
SALVINI, EN EL CENTRO DE LA POLÉMICA
La investigación no va dirigida contra nadie en concreto pero a nadie se le escapa que Salvini y su intransigencia de no abrir los puertos a las ONG es el responsable de la situación, y ya fue acusado el año pasado de ese delito por impedir a un barco militar italiano desembarcar a un centenar de migrantes.
En los últimos 19 días, el Open Arms ha ido reduciendo su pasaje de migrantes rescatados con un goteo de evacuaciones parciales por motivos médicos y lanzamientos al mar.
El buque de la ONG española Proactiva Open Arms llegó a tener a bordo cerca de 160 migrantes, rescatados en el Mediterráneo entre el 1 y el 10 de agosto en tres operaciones, pero tras las últimas evacuaciones y los que se han tirado al agua para llegar a nado a la costa tenía a bordo a algo más de la mitad.
La última evacuación médica fue esta tarde, cuando dos personas fueron trasladadas al puerto de Lampedusa en una lancha de la Capitanía, por orden del fiscal de Agrigento.
NERVIOS Y PELEAS
La madrugada del martes habían sido evacuados otros ocho migrantes y un acompañante, y la tripulación del Open Armas y los responsables de la ONG española venían denunciando que cada evacuación parcial suponía un motivo de nerviosismo, peleas y ansiedad entre las personas que se quedaban a bordo.
Además, en los tres días que el barco ha estado fondeado a solo 800 metros del puerto de Lampedusa, sin poder desembarcar a los migrantes, casi una veintena de ellos se han lanzado por la borda para tratar de llegar a nado y han sido rescatados por socorristas o la Guardia Costera y la mayoría de ellos trasladados a tierra.
SE DESVANECE LA OPCIÓN DE PALMA
Ello hacía temer otros episodios de este tipo incluso esperando la llegada del buque "Audaz" de la Armada española, que el Gobierno de Pedro Sánchez envió este martes a Lampedusa para hacerse cargo de los migrantes y escoltar al Open Arms hasta el puerto de Palma. Esta opción se desvanece y, en ningún caso, ocurriría que el Open Arms viajara a Palma tras la última decisión de la fiscalía italiana.
Aunque la primera oferta del Gobierno español para abrir un puerto a estos migrantes llegó el domingo pasado, tras 17 días de odisea, el barco humanitario se ha negado hasta ahora a navegar por sus propios medios hasta cualquier puerto español.
Con los migrantes hacinados en cubierta en duras condiciones, alegaban motivos de seguridad, falta de instalaciones y el mal estado físico y psíquico de los rescatados, así como el cansancio de la tripulación y los voluntarios por la larga crisis.
El ministro de Transporte italiano, Danilo Toninelli, ofreció en vista del bloqueo de la situación que la Guardia Costera escoltara al Open Arms hasta España y el lunes incluso a llevar a los migrantes en una de sus embarcaciones, a condición de que España retirase su bandera al barco humanitario, pero nada fue aceptado.