El ocio nocturno en manos de la justicia

El Govern ha decidido poner en manos de la justicia la apertura condicionada del ocio nocturno en Baleares, después de año y medio clausurado por orden gubernativa para luchar contra la Covid. Este lunes el ejecutivo balear solicitó al Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB) autorización para exigir el certificado Covid de vacunación y así poder reabrir las discotecas a partir del próximo día 8. El Govern confía en el visto bueno de la medida por parte de la justicia para dejar de ser la única comunidad del país que mantiene cerrado el sector. Y en todo caso, si el TSJIB no respalda la medida, considerará la posibilidad de estudiar otras condiciones para poder reemprender la actividad.

Según los planes del Govern, los locales podrán abrir con un aforo máximo del 75 por ciento de su capacidad, los clientes deberán bailar siempre que lleven la mascarilla puesta y estarán obligados a permanecer sentados cuando consuman; las barras sólo podrán usarse para retirar las consumiciones.

El sector ha recibido con esperanza la decisión, siempre que las medidas restrictivas que incluye se vayan eliminando de forma progresiva a la cada vez mayor disminución de los contagios. Sólo así se alcanzará la normalidad que el conseller Negueruela daba por bienvenida este lunes, al relatar las escasas restricciones con que se enfrentan los ciudadanos de las Islas desde esta semana. En la práctica desaparecen todas las limitaciones en eventos como bodas o comuniones, las restricciones en playas o parques o las impuestas en las salas de gimnasios. Restaurantes y bares ya no tendrán limitación de número de comensales por mesa, aunque el aforo en interiores queda al 75 por ciento. El uso de mascarilla y la distancia de seguridad seguirán siendo elementos necesarios en la nueva situación.

La superación de la quinta ola del coronavirus propicia el levantamiento progresivo de las limitaciones que se han aplicado durante meses. Y la posibilidad de reabrir el castigado ocio nocturno en las Islas es la máxima expresión de esta vuelta a la normalidad que predica ahora el Govern; un sector con 1.500 empresas de las que 500 ya no podrán reemprender su actividad, pero que observa con esperanza una nueva etapa.