¿Conocen la estrategia empresarial del océano azul? Consiste básicamente en crear nuevos mercados, es decir, generar nueva demanda y hacérsela suya. Por el contrario están los tradicionales océanos rojos en los que la competencia es encarnizada. De ahí el color rojo. El azul sugiera éxito; el rojo, lucha y dolor.
Un ejemplo muy ilustrativo de océano azul es el del Cirque du Soleil o Circo del Sol que creó un nuevo concepto y absorbió toda la demanda. El Cirque du Soleil transformó el concepto tradicional de circo, eliminando los espectáculos con animales (con costes elevados de mantenimiento y cada vez peor vistos) y entreteniendo a toda la familia, no solo a los niños.
Crear nueva demanda y atenderla es el sueño de toda compañía, también de Pfizer. Primero porque no tienes competencia en un mercado floreciente y segundo porque además de tener clientes cautivos, les cobras lo que quieres. Si, como Pfizer, tienes un socio estratégico de primer nivel, éxito asegurado.
Esta semana han grabado de incógnito a un directivo de Pfizer y sus declaraciones, a pesar de ser, cuando menos, explosivas, no las verán en los medios de comunicación, a pesar de machacar con la temática.
En un inicio, hoy quería escribirles sobre Mercadona y el capitalismo despiadado, según Podemos, que practica su presidente llenándose los bolsillos mientras los consumidores se arruinan con su aumento de precios. Como si no hubiera más supermercados y como si Mercadona no generara más empleo y mejor remunerado que el resto de competidores. Para conocer mi opinión sobre este tema les invito a ver mañana domingo en Fibwi Televisión el programa “Pasen y Bea” dirigido por una gran amiga y mejor profesional como es Beatriz Díez Mayans.
Pero precisamente porque no lo verán en otros medios, me siento en la obligación moral de contarles lo de Pfizer. Por eso y por la repercusión que está teniendo en las redes.
Resulta que su Director de Innovación y Desarrollo Estratégico de Operaciones y Científico de Planificación del RNAm, Jordon Thrishton Walker, ha sido grabado por Project Veritas en una conversación íntima y relajada hasta que ha descubierto que le grababan. En ese momento ha entrado en pánico.
El Directivo de Pfizer ha confesado que en reuniones internas han debatido sobre la posibilidad de hacer mutar el virus SARS-CoV-2. Le preguntan si eso es o no la delicada operación de “ganancia de función”, es decir, atribuir a un organismo una nueva habilidad tras una manipulación genética para, normalmente hacerlo más peligroso. Contesta que no exactamente porque lo que pretenden hacer es diferente. Para explicar lo que se han planteado hacer emplea el eufemismo “dirigir la evolución del virus”.
No afirma que lo hayan hecho antes, como algunos dicen. Es solo una posibilidad.
Tras hacer prometer a su interlocutor que no lo contará y tras hacerle chocar el puño con el suyo, el Director de Pfizer explica cómo lo harían. O bien inyectarían el virus en monos de laboratorio, recolectarían las muestras de los más infectados para introducirlos en otros monos para que mutaran de manera natural o, como segunda opción, tomarían proteínas de la superficie de los virus para ver las mutaciones y luego forzarlas ellos en el laboratorio. Así cree el susodicho, y por su cargo debe saber de lo que habla, que se expandió en Wuhan el virus que nos encerró a nivel mundial. No tiene sentido la versión de que apareció de la nada.
Recordemos que de eso mismo acusa Elon Musk a Anthony Fauci, el Fernando Simón estadounidense. Elon Musk, además de acusar a Fauci de haber financiado investigaciones sobre la ganancia de función del SARS-CoV-2, le acusa de mentir al Congreso y de haber provocado la muerte a millones de personas. Ahí es nada.
El Directivo de Pfizer duda de si decirlo o no pero acaba afirmándolo: Si los virus mutan de por sí ¿por qué no mutarlos nosotros (por Pfizer) y anticipándonos al mercado tener ya listas las vacunas antes de que ocurran de manera natural? Eso sería el negocio del siglo. El océano azul de Pfizer.
Reconoce que la Covid ha sido una “cash cow” (la gallina de los huevos de oro, en español) y lo será por mucho tiempo.
En su comunicado de respuesta, Pfizer no ha negado en ningún momento las afirmaciones de su Directivo. Solo se basa en reafirmar que ellos no emplean la “ganancia de función”. En el comunicado, por cierto, solicitan que les contactes los usuarios que han experimentado miocarditis, pericarditis, trastornos hemorrágicos o si ha sufrido desmayos tras la inyección. Muy alentador.
Pfizer ha encontrado su particular océano azul. Aquél que tiene la futura demanda asegurada. El que va a satisfacer una demanda que aún no existe porque va a tener vacuna para una variante antes de que aparezca. En sus laboratorios ya habrán forzado a que aparezca. Mientras la población se quedaba en casa muerta de miedo, ellos ya habían vendido millones de dosis a los gobiernos. Con un socio estratégico de tal calibre, miel sobre hojuelas.
Ese océano azul de Pfizer está garantizado porque, según afirma el directivo, los políticos encuentran en las grandes farmacéuticas muchas puertas giratorias que les devolverán los favores hechos mientras gobernaban.
Si unen los puntos, verán que los dueños de Pfizer son los dueños de los medios de comunicación y son quienes ponen y quitan políticos.
Siempre he pensado que la innovación y la creatividad deben estar en la vanguardia de toda compañía y deben buscar su particular océano azul. Creo que el de Pfizer es el primer océano azul que no me conmueve. Por la connivencia de los políticos y la campaña que le realizan los medios. Y encima con patentes que imposibilitan la competencia futura. Aunque reconozco creatividad en el diseño de la macrooperación.
El logo de Pfizer no podía ser de otro color. El que evoca sus océanos azules, alcanzados sin mérito aparente, con reglas a su favor por parte de los medios y autorizades en materia sanitaria y estatal. Aunque el verdadero mérito fue llegar hasta aquí tras décadas de planificación y ejecución de un plan en la sombra basado en el poder de sus principales accionistas, Blackrock y Vanguard.