Gabriel Lesenne ha dejado huérfana la sección de Opinión de Mallorcadiario para pasar a ser el nuevo presidente del Parlament balear.
Con él se va un colaborador crítico con el statu quo y, como tal, le han llovido críticas de por todo. Sus artículos en este diario y sus tuits han sido objeto de escrutinio en la búsqueda de titulares de prensa para advertir a la población de la “amenaza” que supone el nuevo President.
Como si un “me gusta”, un retuit o un breve comentario bastaran para conocer a alguien. En los escritos se pierden muchos matices para entender el contexto y la profundidad del escrito. Unos pocos caracteres no recogen la intención ni el estado de ánimo de quien lo escribe.
Uno de los titulares más comunes estos días ha sido el de un escueto tuit en el que decía algo así como que las mujeres son más beligerantes porque carecen de pene. Los matices se pierden al no mencionar de manera intencionada que era una respuesta a la concejal de Cort del momento Eva Vivas, al haber afirmado previamente que “los hombres con penes pequeños suelen ser más beligerantes”. Da la sensación de que Gabriel estiraba el argumento de la exconcejal y empleó una hipérbole para reírse del argumento por la falta de consistencia o por su aparente falta de conocimiento por su condición de lesbiana. No sé los motivos, pero no se puede inferir que Gabriel sea un anti no sé qué o vaya a ser un mal presidente por esta frase sin conocer los matices que la rodean.
A tenor a los ataques aparecidos en prensa estos días, el título de negacionista del cambio climático le viene (o al menos así lo justifica la prensa) por calificar de “brasa climática” tras la comparativa de dos mapas de Gran Bretaña en la sección meteorológica en los que en el año 1986, los 26 grados de temperatura se acompañaban del color verde y en 2022 el mismo mapa se ve teñido tiñe de rojo abrasador, marcando la misma temperatura.
Aun habiéndose inoculado con esta última terapia experimental y con todas las que marcaba la cartilla obligatoria de vacunación pasada, se le califica de antivacunas. El motivo es haber mostrado dudas tras la pandemia para que cada uno estuviera seguro de su decisión y fuera a vacunarse más allá del adoctrinamiento machacón de Risto Mejide, Ana Rosa o el Gran Wyoming. Las reflexiones del nuevo President del Parlament tenían su origen en el Premio Nobel Luc Montaigner o en Robert Malone, inventor de la técnica empleada en las últimas “vacunas”. Dudas muy razonables, muchas de las cuales se han ido confirmando con el paso del tiempo.
Con base en lo leído sobre Gabriel Le Senne, David Abril, exdiputado del Parlament, le califica de una amenaza para la convivencia y la democracia. No lo creo, David. Estigués tranquil.
Conozco poco a Gabriel aunque, tras haber hecho montones de procesos de selección de personal, he desarrollado un instinto que en pocos minutos me basta para saber si alguien es una amenaza o no y si encajará en lo que busco para mis negocios. Puedo asegurar que Gabriel no es amenaza de nada.
Mis encuentros con Gabriel pasan por haber charlado brevemente en las reuniones navideñas que organiza este diario- Una, motivado por su inquietud y ganas de aprender más sobre Bitcoin, me pidió tomar un café en el que quiso resolver dudas e inquietudes. Sus preguntas no iban por el lado especulador del casino en el que se han vuelto las criptomonedas sino en cómo este activo digital y su tecnología pueden cambiar la economía y nuestras vidas. Puedo decir que fue un café muy agradable y que, si las preguntas demuestran la inteligencia de una persona, Gabriel es un tío inteligente e inquieto intelectualmente.
No da la impresión de ser ninguna amenaza para democracia y la convivencia como tampoco lo fue un antecesor suyo en el cargo al que calificaron de antirreligioso y antimonárquico (hablo de titulares de la época y también pierdo los matices) en su presentación. Las personas son mucho más que cuatro afirmaciones que pudieran haber hecho. Luis Enriqué despotricó contra el Barça y luego le dio grandes tardes de gloria. Figo hizo lo contrario con el Madrid.
Todo President del Parlament tiene que velar por el buen funcionamiento del órgano que dirige. Mediante el intercambio de ideas y el sano debate, el Parlament debe llevar a cabo las funciones legislativas y de control de la actividad del gobierno. Sin duda, Gabriel está preparado para ello y ojalá fomente lo que ha mostrado en su legado como columnista de opinión de este diario: un punto de vista que haga reflexionar a los demás y, al menos, cuestionarse el por qué de las cosas. Algo fácil de decir y complicado de ejecutar. Mucha suerte, Gabriel.