El objetivo es detectar si superan el nivel máximo permitido de 0,5 por ciento en masa, que se exigirá a partir del 1 de enero de 2020. Por ello, el Gobierno se encuentra en conversaciones con la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) para ponerlos en marcha desde el año próximo.
Los dispositivos estarían controlados remotamente y, a través de sus sensores, se analizaría la pluma de gases emitida por la chimenea de los buques comprobando el contenido de azufre del combustible que el buque esté quemando en ese momento.
El anuncio lo ha realizado el Ejecutivo a tenor de una pregunta parlamentaria de Unidas Podemos con la que se urgía a actuar ante los casos de "contaminacón de estos busques, especialmente en los puertos de Palma y Barcelona", líderes en el ranking de puertos más castigados según el estudio 'Transport & Enviroment' de Ecologistas en Acción.
El Gobierno ha recordado que dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) que España tiene en el Mediterráneo, todos los buques de pasaje -incluidos los cruceros- deben consumir combustibles con un contenido inferior al 1,50 por ciento de azufre en masa. Además, ha asegurado que el país está realizando inspecciones a los buques, y muestreos y análisis del combustible que consumen.