El milagro de Fátima
martes 24 de septiembre de 2013, 08:52h
Hace algunos meses, la Ministra de Trabajo Fátima Báñez se encomendó a una venerada Virgen, la del Rocío, para que España saliera de la crisis y se recuperara el empleo. Y ya sea por su fe o por su insistencia, o por ambas, lo cierto es que se ha obrado por parte del Gobierno de España una suerte de milagro que, como tal, no parece tener explicación humana, sino divina.
Nada menos que 33.000 millones de euros se va a ahorrar el Gobierno en pensiones en los próximos 10 años (a razón, pues, de 3.300 millones de euros anuales), sin rebajar las pensiones a los más de ocho millones de pensionistas del país.
Dado que ahorrar es no gastar, y no gastar es no pagar, necesitaba entender cómo podía ser posible ahorrar, es decir, no gastar, es decir, no pagar 33.000 millones de euros a los pensionistas en diez años sin rebajarles la pensión. Necesitaba ser el Abogado del Diablo en el aparente Milagro de Fátima.
Y la explicación es sencilla: no se rebajará la pensión, sino que se rebajará, y mucho, su poder adquisitivo, lo que cada pensionista podrá comprar con su pensión.
Por poner un ejemplo histórico de lo que queremos definir como “poder adquisitivo”, digamos que en la Alemania de la República de Weimar era más barato calentarse quemando dinero que quemando carbón, porque aunque los billetes fueran de muchos millones de marcos, no alcanzaban para comprar el carbón necesario para no congelarse en la depauperada e hiperinflacionista Alemania de los años 20.
El rimbombante anuncio del ahorro de esos 33.000 millones de euros en diez años implica que a los pensionistas se les va a subir la pensión un 0,25% anual, mientras que el IPC subirá anualmente lo habitual, es decir, en el entorno del 2,5%, diez veces más que lo que subirán las pensiones.
Poniendo un ejemplo práctico, diremos que con esa espléndida subida anual del 0,25%, una pensión de 600€ subirá la friolera de 1,5€ al mes, lo que no parece que sea para tanta alharaca, máxime si tenemos en cuenta que la cesta de la compra subirá a un ritmo, como decimos, diez veces superior.
Eso sí, el Gobierno de España se ha comprometido a no congelar las pensiones, por lo que nadie tendrá que renunciar a ese euro y medio.
Las explicaciones dadas no dejan de ser pueriles.
Por un lado, nadie del Gobierno explica precisamente eso, que las pensiones no se bajarán teóricamente pero que se bajarán mucho en valores relativos, ya que cada pensionista podrá adquirir cada vez menos cosas con su pensión.
Por otro, se nos dice que esta “no rebaja” de las pensiones es la única manera de sostener el sistema público de pensiones, lo cual es reconocer implícitamente el negado recorte.
Pero echo de menos alguna explicación del fondo del asunto.
Echo de menos que alguien me explique cómo puede ser sostenible un sistema público de pensiones con más de ocho millones de pensionistas, seis millones de personas en situación de desempleo y solo unos 16 millones de personas que, en este momento, tienen la suerte de poder trabajar, aunque sea como autónomos.
Echo de menos que alguien me explique qué se piensa hacer para modernizar el mercado de trabajo en España hacia nichos en los que la investigación, el desarrollo y la excelencia sean la clave, y no la precariedad o la desesperación.
O que explique nuestro espeluznante índice de paro juvenil, especialmente entre universitarios, la precariedad laboral, el perpetuo fracaso de los modelos educativos que no nos han sacado en años del furgón de cola según el Informe PISA y la aberrante incapacidad política, forjada en décadas y décadas de incompetencia, de definir un modelo económico sólido para España más allá del Turismo de sol y playa.
Porque sinceramente no entiendo que la solución a todos nuestros problemas sea que en Eurovegas se pueda o no se pueda fumar mientras el Centro Superior de Investigaciones Científicas está en quiebra o huyen despavoridos cientos de miles de titulados superiores españoles hacia el extranjero. Y los que se queden acabarán, con suerte, y tras duro proceso de selección, siendo croupiers a las órdenes de Sheldon Adelson por las propinas.
En un país que envejece a marchas forzadas como España, alguien debería hablar en serio de las razones que motivan que Noruega tenga una tasa de 1,95 hijos por mujer mientras que en España es de 1,32. Alguien debería explicar cómo lo hacen otros para asegurarse que haya suficiente gente joven en edad de trabajar para sostener el sistema público de pensiones.
El día que alguien sea capaz de explicarnos los verdaderos motivos de fondo del “no recorte” de las pensiones, y a la vez proponga soluciones reales y no soflamas, prometo creer en los milagros, aunque sean de Fátima.
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Últimos comentarios de los lectores (2)
9020 | escéptico - 24/09/2013 @ 13:40:38 (GMT+1)
con respeto a los creyentes, en mi opìnión es posible que en un futuro no muy lejano las palabras de la actual ministra Fatima lleguen a ser definidas como propias de un enfermo mental por tratarse de una alucinación: los milagros no existen.
http://documentopensiones.org/
8970 | lurdes también. - 24/09/2013 @ 11:46:36 (GMT+1)
Enhorabuena Señor Matías por tan excelente y clarificador comentario. Yo tampoco creo en los milagros. A mí me enseñaron que el único milagro era trabajar y mucho mejor si se trabaja en lo que a uno le gusta.Yo creo en la intercesión en rogar y con el mazo dar. De momento no tengo mazo y las horas se me pasan desesperanzado y pidiendo la intercesión porque si no hay un milagro seguiremos avanzando hacia la debacle. A no ser que vuelva a solucionar los problemas de España La Emperatriz Teutona que sigue sacando pecho en Europa y parte del mundo. REpito Sr. Barón, un excelente artículo.