El milagro de Díaz Ayuso

La anunciada victoria de Diaz Ayuso se ha convertido en una realidad. Los apoyos que ha conciliado la candidata del PP y flamante ganadora de las elecciones a la Comunidad de Madrid se salen de lo común.

No es que la izquierda de Sánchez e Iglesias, la peor de la historia reciente, haya mostrado su verdadera cara, sus dobleces, su doble moral, su radicalidad, su tendencia a la mentira compulsiva y su manifiesta incompetencia para la gestión, que también.

No es que los “tabernarios” del mamporrero y tramposo Tezanos decidieran apoyarla en masa. No es que haya tenido su Angel, Gabilondo, que también. No es que el país, endeudado, empobrecido, con elevadas tasas de paro esté abocado a décadas de precariedad en manos de populistas sin habilidades de gestión, que también.

No es que Ciudadanos, en caída libre, tras perder su brújula, su sentido, su icono y su atractivo con la dimisión de Ribera, se haya diluido en sus inconsistencias, que también.

Isabel Diaz Ayuso, resultados aparte, ha brillado en un escenario muy desfavorable. Con un PP en horas bajas y con un horizonte desesperanzador. Con un socio de gobierno intentando debilitarla y sustituirla por el PSOE.

Ha presidido la Comunidad de Madrid, rodeado de un equipo solvente, con una consejería de salud, de nivel, después de muchas legislaturas francamente mejorables, que ha dado seguridad en la toma de decisiones ante la gestión de la pandemia. Rodeada de un equipo de comunicación sin complejos ni intereses personales, libre de peajes.

Con valentía, con empatía. Se ha ganado los apoyos de sus militantes, sus simpatizantes y el reconocimiento de algunos de los simpatizantes de partidos a diestra y a siniestra. Se ha ganado el apoyo del pequeño comerciante, de la gente de la calle. El soporte de Joaquín Leguina, de Redondo Terreros, de Nacho Cano,…. y muy especialmente se ha ganado la credibilidad dela ciudadanía.

Ha reivindicado el derecho a ser ella, a equivocarse, a no sufrir injerencias y ha conquistado el corazón de los madrileños desde la fortaleza de la humildad.

No solo ha acallado a los que le sugerían que no hablase de forma tan natural, sino que ha convertido su forma de hacer política de cercanía en un potente instrumento de confianza. Ha robustecido unas siglas debilitadas rodeado de algunos que lo único que buscan es vivir de ellas.

Sus debilidades se han convertido en su más notable fortaleza. Las expectativas de éxito estaban tan menguadas que la han dejado tranquila y libre para que hiciera lo que quisiera.

El verdadero milagro de Isabel Díaz Ayuso, es Isabel Díaz Ayuso.