EMILIO ARTEAGA. La ceremonia inaugural de la Convención para el Comercio Internacional de Especies de Flora y Fauna en Peligro (CITES) en Bangkok, ha empezado con una buena noticia, la primera ministra de Tailandia anunció que su país va a prohibir el comercio de marfil. De hecho, Tailandia es, hasta ahora, el principal centro de comercio legal de marfil. El director del Programa Global Internacional de Especies del World Wildlife Fund (WWF), el colombiano Carlos Drews, fue el invitado del programa Singulars de TV3 de la semana pasada, donde hizo una brillante exposición de la situación actual de algunos programas de conservación y de la situación de extremo peligro de extinción de algunos de los animales más majestuosos de la fauna mundial, debido a la caza furtiva y el comercio ilegal, en concreto el tigre, los rinocerontes y los elefantes. Drews explicó como los esfuerzos, y los éxitos, por conservar el hábitat de estos animales, con la creación de parques nacionales para proteger los ecosistemas y corredores que conecten las distintas zonas protegidas, a fin de impedir la fragmentación de las especies en poblaciones aisladas, desconectadas entre sí, que lleve a la inviabilidad genética de las mismas, quedan contrarrestados por la masacre ilegal de animales, perpetrada con el fin de subvenir a la demanda de marfil de elefante, de cuerno de rinoceronte y de piel y otras partes de los tigres.
Según Drews, el comercio ilegal de especies protegidas ha ido en aumento en los últimos años, hasta alcanzar una dimensión sin precedentes, constituyendo en la actualidad la cuarta actividad ilegal más lucrativa a nivel mundial, solo por detrás del tráfico de drogas, del de personas y del de falsificaciones, y por delante del de armas. También expuso en el programa que el incremento de la demanda de cuerno de rinoceronte, especialmente en Vietnam, país en el que se ha extendido el bulo de que sirve para curar el cáncer, está poniendo peligro extremo de extinción a todas las especies de estos animales, que ya estaban en una situación precaria debido al uso que realizan algunas medicinas tradicionales orientales, en la falsa creencia de que tiene propiedades afrodisíacas. De hecho, la mínima población de rinocerontes de Java descubierta hace unos años en Vietnam y que supuso un pequeño rayo de esperanza para el futuro de la especie, de la que solo se conoce otra población de apenas dos o tres decenas de individuos en un parque nacional del oeste de la isla de Java, ha sido masacrada por cazadores furtivos, para vender sus cuernos a precios exorbitantes, con lo que se ha perdido la posibilidad de un aporte genético externo a la consanguínea población javanesa.
También resultó escalofriante la descripción que hizo de las masacres de elefantes de bosque en las selvas costeras de algunos países del golfo de Guinea. Las poblaciones de los elefantes de bosque, que hoy se considera que pertenecen a una especie distinta de su parientes los elefantes de sabana, son más pequeños que ellos debido a las características de su hábitat y, debido precisamente a que viven selvas densas, con escasa presencia humana, a su tamaño (relativamente) pequeño y sus hábitos tímidos habían conseguido mantenerse relativamente ajenas a la matanza generalizada padecida por sus primos de sabana. En los últimos años sin embargo, aprovechando la permeabilidad de las fronteras en esos países, se organizan auténticas expediciones desde Sudán, formadas por decenas de individuos, con vehículos pesados de transporte y armados hasta los dientes, incluyendo armamento pesado e incluso misiles, por si se han de enfrentar a guardas de fronteras o de los parque nacionales. Estos auténticos convoyes de la muerte, llegan a través del Chad, la República Centroafricana o la República del Congo (Brazzaville), hasta las selvas costeras de Nigeria, Camerún, Gabón, Angola y la República Democrática del Congo (Kinsasha), donde proceden a la inmolación de decenas, o cientos, de ejemplares y después retornan al Sudán con los colmillos, desde donde los remiten a Tailandia. Los beneficios de este comercio sirven para financiar guerrillas, grupos terroristas y regímenes corruptos, entre otras actividades. Algunos gobiernos, como el de Camerún y el de Gabón, han implementado medidas para frenar este aniquilamiento, pero otros son mucho más permisivos. De hecho, el WWF y otras organizaciones habían solicitado la adopción de sanciones contra Tailandia, Nigeria y la República Democrática del Congo. El anuncio de la primera ministra tailandesa de la prohibición del comercio legal de marfil en su país es, sin duda, una muy buena noticia en esta lucha contra la extinción de especies, aunque queda por ver cuánto tiempo tardarán en promulgar la legislación pertinente y con qué diligencia se implementarán las medidas para hacerla cumplir y, sobre todo, si se va a perseguir el comercio ilegal, que hoy por hoy es bastante floreciente en la misma Tailandia.
Un aspecto diferente de esta problemática es el de la caza legal de elefantes, u otras especies, que recientemente estuvo de triste actualidad en nuestro país. Preguntado al respecto, Drews fue muy diplomático en su respuesta, como no podía ser de otra manera dado su cargo, reconociendo que los ingresos conseguidos con la venta de unas cuantas licencias al año, permiten a los países, o a los dueños de las reservas privadas en su caso, financiar el mantenimiento de los parques, si bien admitió que sería más deseable la abolición de la caza legal de todas estas especies.
Coda: la semana ha empezado con otra, una más pero especialmente significativa, mala noticia generada por la maldita crisis económica, el paro registrado ha superado los 5 millones de personas. En realidad, se trata de algo que todos ya intuíamos que iba a llegar más pronto que tarde, pero no deja de ser doloroso constatar que ya hemos superado otro récord negativo.