Veo al conseller de Salut, Vicenç Thomàs, acompañado por su segundo, Josep Pomar, y el gerente de Son Llàtzer, Luis Alegre, muy serios ellos, contando lo de las facturas informativas, buscando que los ciudadanos se conciencien de que tratarles cuesta un ojo de la cara y acudan lo mínimo al hospital. Pero lo que no he visto, ni he leído por ningún lado es lo que me apuntan muchos profesionales del hospital: una relación detallada de lo que cuesta el sistema informático y su mantenimiento, comparándolo, eso sí, con el de otros hospitales similares de fuera de Baleares, porque, según se dice, puede ser que de hacerse público más de uno se quede con la mandíbula desencajada y los ojos abiertos como platos. Así que en aras a la transparencia de la gestión, ahora que el Ib-Salut responde a todas y cada una de las críticas que se formulan contra su modo de proceder, y para acallar los rumores que circulan por el hospital, no estaría de más que se hiciesen públicos esos datos y la transparencia no fuese “a la carta”. No me importa que los presenten con foto.
