Las arcas de la Comunidad Autónoma están tan vacías que ya no queda dinero ni para editar más cartillas de salud infantil, esas que se les entrega a las madres que acaban de tener un hijo para que vayan anotando todos los pormenores de su evolución. El hecho, según me aseguran los que están al tanto del tema, es que sólo hay documentos garantizados hasta septiembre, fecha a partir de la cual o se editan más dejarán de entregarse, algo insólito en la sanidad balear, porque la cartilla es como el documento de salud del niño, en el que se anotan las dosis de vacuna y la fecha en las que la recibe, las pruebas a las que ha sido sometido, el calendario de exámenes de salud, las exploraciones realizadas, las alergias… Un sinfín de datos médicos imprescindibles de conocer. Espero y confío en que el problema al final se solucione y la Conselleria de Salut pueda seguir entregando este documento, porque, en caso contrario, no sólo es un perjuicio para los más pequeños sino un indicativo de que hasta aquí hemos llegado y no sabemos como vamos a salir de ésta.
