Ignoro en qué condiciones se ha hecho la concesión del servicio de limpieza en Son Espases, pero la realidad es una: el hospital está sucio, le pese a quién le pese. Basta darse una vuelta por las distintas zonas para comprobar que por allí no han pasado ni una mopa, ni una fregona ni una bayeta para limpiar el polvo en varios días. Y no quiero echar la culpa al personal de limpieza, que posiblemente esté desbordado por el trabajo y sus efectivos sean menos de los que hacen falta, pero la verdad es que aquello no puede continuar así, tanto si está a la vista del público como si no. Un hospital debería ser un ejemplo de limpieza y no de suciedad, como ocurre en Son Espases, por eso, es urgente que se tomen medidas y se actúe en consecuencia. Y si el conseller quiere saber la verdad, que se pasee por allí, de incógnito, sin su uniforme de visitas y sin parafernalia. Ya verá lo que se encuentra.
