El Real Mallorca ha saboreado una vez más la derrota. Algunos ya advertían de que se trataba de la crónica de una muerte anunciada, pero otros seguían albergando esperanzas de rascar algún punto. El resultado no ha sido una gran goleada ya que se ha quedado en un justo 2-0, pero el Numancia hubiera podido meter muchos más goles. El portero del Mallorca, Cabrero, lo ha tenido difícil y se ha visto obligado a intervenir en numerosas acciones peligrosas.
El primer gol ha llegado en el minuto 18 después de un empujón de Costas a Alegría, por el que se ha llevado una amarilla. El encargado de transformarlo ha sido Julio Álvarez. Los isleños han intentado acortar diferencias y, de hecho, han tenido alguna ocasión en los últimos minutos de la primera parte.
El segundo tiempo se ha iniciado con la substitución de Pereira por Salomao a consecuencia de un fuerte golpe en la cabeza que había recibido en los primeros 45 minutos de juego. El dominio ha sido claramente del Numancia y finalmente ha llegado el segundo gol. Julián Álvarez, el jugador más destacado del partido, ha marcado el 2-0 después de chutar una falta directa desde la frontal. A partir de ese momento el estadio de Los Pajaritos se ha convertido en una fiesta en la que todo el público ya daba por hecho que el equipo local ganaría. Y Así ha sido.
El Mallorca no ha estado acertado en los pases y uno de los jugadores que suele marcar la diferencia, Brandon, ha permanecido en la sombra; apenas ha intervenido. Con esta derrota, el conjunto mallorquín está a solo un punto del descenso.