El humo de los más de cien incendios que arrasan los bosques canadienses ha pasado por la península ibérica y ha llegado a Italia, pero no se espera que tenga un impacto significativo sobre la calidad del aire en superficie en Europa, según el Servicio de Vigilancia Atmosférica (CAMS) de Copernicus. El humo procedente de los fuegos forestales de Canadá llegó el lunes al noroeste de España y Portugal, pasó por Madrid, este miércoles ha cubierto la mayor parte de la Península y también ha llegado al archipiélago canario y al balear.
Estas partículas en suspensión han velado el cielo en distintos puntos de España, como Galicia, Extremadura, Andalucía o Madrid, e incluso se han adentrado en el Mediterráneo, hasta llegar a Italia. Así lo ha explicado este miércoles la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) desde su cuenta de Twitter, en una publicación en la que ha apuntado además que este fenómeno pudo hacer que las temperaturas registradas el martes "fuesen ligeramente inferiores a las previstas".
En concreto, el humo habría llegado desde Canadá, a 6.000 kilómetros de distancia, hasta Mallorca, según ha apuntado el meteorólogo Miquel Salamanca en la misma red social: "El color 'lechoso' del cielo hoy no es calima ni polvo africano. A parte de nubes finas también hay un telón muy evidente. Es el humo de los incendios de Canadá, que llega con una concentración extraordinaria".
"Lo que sucede en determinadas zonas del planeta puede acabar notándose en lugares muy distantes", destacó el lunes la Aemet en otro tuit en el que compartía una imagen de satélite donde se señala que "el humo de los incendios de Canadá alcanza la península ibérica", mientras "más al sur, se aprecia el polvo en suspensión procedente del Sáhara".