La crisis abierta en el seno del Govern por los contratos al ex jefe de campaña de Més, Jaume Garau, y la salida de la consellera de Transparencia Ruth Mateu, ha derivado en una situación que ha llevado al ejecutivo de Armengol a tener únicamente el control directo sobre 20 de los 59 diputados del Parlament.
La salida del Govern de los miembros de la formación Més per Menorca, que decidió este viernes no presentar candidato a sustituir a Ruth Mateu y que se mostró muy crítica con la gestión de una crisis de la que se sienten "chivos expiatorios", supone que los tres diputados de la marca menorquina de Més no se consideren comprometidos con las decisiones que adopten los diputados de PSIB y Més en la cámara balear.
El PSIB dispone de 14 diputados y Més per Mallorca, otros seis. Los 20 que suman ambas formaciones podrían ser 21 si se añade la diputada Silvia Tur de Gent per Formentera, una marca identificada con el PSIB-PSOE en la pequeña de la Pitiusas. En total, 21 diputados que dependerán de los 8 de Podem, los 3 de Més per Menorca, y las diputadas Huertas y Seijas para sacar adelante las iniciativas de la mayoría de izquierdas existente en la Cámara.
La salida de Més per Menorca es el detonante de esta situación que puede tener nuevos episodios en los próximos días. Su coordinador, Miquel Àngel Maria, se mostró este viernes muy crítico y decepcionado por el cierre de la situación que se ha querido hacer desde el Ejecutivo, especialmente por el cese de la consellera Ruth Mateu. "Ahora nos daremos un tiempo para ver cuál será nuestra relación a partir de ahora con el Govern", aseguró, añadiendo que "puede ser que continuemos formando parte del acuerdo de gobernabilidad como Podemos, pero también podemos pasar a la oposición o jugar un rol intermedio".
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