El Govern de las Illes Baleares ha previsto en sus presupuestos un aumento en los tributos que pagarán los ciudadanos durante el 2018 y que permitirán financiar parte de los gastos públicos autonómicos.
La cifra que han estimado que deberán hacer frente los residentes y no residentes en nuestras islas es de 504 millones de euros, un 15% más que en el año 2017.
En ese traspaso desde los ingresos de los ciudadanos hacia la administración pública autonómica tendrá más impacto en los impuestos indirectos, que son aquellos que gravan el uso de la renta y que menos aportan a la equidad de la carga tributaria, que en los directos, que gravan la riqueza y la renta de las personas, y que se suelen usar por parte de los gobiernos para mejorar la equidad en la distribución de la financiación de los servicios públicos, principalmente esgrimido bajo criterios teóricamente “progresistas”, por lo que bajo este prisma la carga será menos equitativa en el 2018 respecto al 2017.
En los impuestos indirectos, IVA y transmisiones patrimoniales principalmente, se prevé que los ciudadanos paguen alrededor de un 21% más que el año pasado, al pasar de de 2.144 a 2.590 millones de euros lo reflejado en los presupuestos de la comunidad balear, lo que representa más de 445 millones de euros.
Estos impuestos no sólo los tienen que asumir los residentes, ya que son los tributos que pagamos al consumir, por lo que hay que incluir a los turistas que nos visitan como contribuyentes a su recaudación.
Respecto a los directos, como son el IRPF y el impuesto sobre sucesiones y donaciones, el incremento es más moderado del 5,28%, unos 60 millones de euros.