Los hechos tuvieron lugar en marzo de 2017 en Palma. Según el escrito de la Fiscalía, el acusado salió de fiesta con la víctima y unos amigos y decidió acompañarla a casa, momento en el que el joven le propuso subir a su domicilio para mantener relaciones sexuales y, ante la negativa de la víctima, este la persiguió por todo el rellano hasta abalanzarse sobre ella y agredirla sexualmente.
A continuación, la madre de la víctima, que escuchó los gritos de su hija desde el domicilio, salió al rellano para socorrerla y, como consecuencia, el procesado se dio a la fuga.
Por ello, la Fiscalía le acusa de cometer un delito de agresión sexual y pide, además de la pena de ocho años de prisión, una multa de 2.000 euros por los daños morales ocasionados y 360 euros por las lesiones sufridas, así como la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 500 metros y de comunicarse con ella por cualquier medio durante 5 años.