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El final de las mascarillas se retrasa

miércoles 28 de junio de 2023, 00:00h

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Finalmente, el Consejo de Ministros no aprobó este martes el final del uso de mascarillas en farmacias y centros sanitarios, tal y como acordó el pasado viernes el Consejo Interterritorial de Salud. El Gobierno justificó el retraso por considerar que la medida no puede adoptarse en solitario, sino que debe de formar parte de una estrategia general que formará parte de un decreto de crisis sanitaria y que requerirá los correspondientes trámites administrativos.

De esta forma se retrasa sin una fecha definida una decisión que fue acordada con la unanimidad de todas las comunidades autónomas en la reunión del citado consejo interterritorial.

La retirada de las mascarillas en los centros sociosanitarios, hospitales y farmacias es prácticamente la última medida implantada desde el estallido del virus, hace ya más de tres años, y que aún permanece vigente. El resto de medidas y restricciones han ido decayendo a la vez que la situación sanitaria volvía a la normalidad. En abril del año pasado, el Consejo de Ministros aprobó la retirada del uso de las mascarillas en espacios interiores, con lo que se liberó de este complemento a trabajadores y usuarios de comercios y oficinas. En exteriores ya se había retirado meses antes.

Las autoridades sanitarias de las comunidades -que son las tienen las competencias en la materia- han acordado que la obligatoriedad de uso de las mascarilla desaparezca. Lejos de lo que fueron meses y años de una grave crisis epidemiológica, la situación actual no justifica que aún se mantenga el uso de las mascarillas en los centros sanitarios y farmacias. Otra cosa bien distinta es que siga siendo obligatoria en las zonas hospitalarias con enfermos críticos o que la medida se fomente desde las administraciones como una recomendación.

En este sentido, la llamada a la responsabilidad individual se convierte en la mejor receta. Usar mascarilla cuando se está enfermo es recomendable, no sólo en hospitales, residencias o farmacias, sino que es lógico emplearla en entornos laborales, en el hogar o en momentos de ocio si existen posibilidades de contagio. Pero la obligatoriedad debe desaparecer lo antes posible.