La corrupción en Baleares ha dejado mil incidentes desagradables y dignos del olvido. Pero el de José Luis Moreno pagando un soborno en un acto público, ante miles de invitados y decenas de miles viéndolo por televisión, es de los más pintorescos. La historia narrada por un acusador era que el día de la inauguración de IB3, en el Casino de Mallorca, Moreno habría pagado un soborno de 250.000 euros en billetes de 500 euros que estaban en un sobre. El humorista y productor de televisión se presentó en el juzgado con unas fotocopias de los billetes en un sobre (o más bien un saco) para demostrar que con aquel tremendo bulto encima, más que pagar un soborno, corría el riesgo de que se formara un corro a su alrededor para preguntarle qué llevaba en la chaqueta. El bulto era tan espectacular que sólo podía causar risa. Ustedes verán: la cosa es tan ridícula que hasta el juez Castro, que no es sospechoso de intentar disminuir la importancia de las causas contra Matas, ha decidido sintonizar otro canal y dejar esta historia para la madrugada.
