El equilibrio de Marga Durán
viernes 31 de octubre de 2014, 14:17h
Marga Durán ha llegado al número uno de la lista del PP a Cort en circunstancias complejas marcadas por los problemas de falta de comunicación que ha tenido Mateu Isern con el partido. Sabe que tiene un doble reto. Hacerse cargo por un lado de la gobernabilidad municipal y por el otro ser factor de equilibrio con el potente PP-Palma. Es una dura tarea que requiere una persona especial, como es Durán, enemiga de los conflictos y una auténtica experta a la hora de saber escuchar e interpretar las aspiraciones y objetivos de todos los que la rodean por un lado, y del conjunto de la ciudadanía por el otro.
Palma es una ciudad compleja. Grande y gran receptora de turistas. Plagada de problemas y con el objetivo de ser el mejor espejo del Mediterráneo. Con una sociedad muy dinámica que genera tensiones precisamente a causa de su empuje y complejidad. El PP ha advertido y aprendido de experiencias anteriores que la silla de alcalde ha de ser ocupada por una persona con unas características específicas, que sepa donde termina su protagonismo y donde empieza el de los demás, que huya de personalismos innecesarios y, sobre todo, que sepa delegar tareas y conceder autonomía a sus colaboradores más directos.
Tiene también un gran activo a favor. La locomotora rodriguista a pleno funcionamiento es una máquina implacable a la hora de conseguir votos. Seguro que harán trabajar a Durán a un ritmo frenético con el objetivo de hacerla conocida y popular en todas las barriadas antes de los comicios. También eso requiere una Marga Durán a la altura de las circunstancias. Nadie tiene que enseñarle cómo acercarse a la gente porque sabe hacerlo de sobra, pero también tendrá que saber exponer y divulgar un proyecto claro e ilusionante para una Palma que confía en salir definitivamente de la crisis en los próximos años.
Con ser muy importante, pronto no será suficiente hablar sólo de austeridad y buena gestión. Serán necesarios proyectos, continuar obras inacabadas como el Parc de Sa Riera, o pendientes de definitiva solución, como el edificio de Gesa. entre otros. Las crisis económicas son muy duras, pero también son paréntesis en los que se pueden aparcar grandes asignaturas pendientes. Unas asignaturas que Duran deberá comenzar a abordar si los ciudadanos le dan su confianza.