El desquiciado 'patriotismo' de Vox

Mi posición respecto de Vox ha sido muy crítica desde un principio. Creía conocer el percal con el que se vestía. Sin embargo, en coherencia con mí talante, me tomé, durante un tiempo prudencial, la generosa molestia de aguantar la predicación de sus voceros televisivos. He seguido con atención y presenciado el esperpento, que han protagonizado en Baleares,  del ejercicio de colaboración que habían comprometido  con el PP de Marga Prohens. Es más, he observado, durante un tiempo prudencial, un respetable silencio sobre su quehacer político.

Pues bien, lamento tener que reafirmarme en el diagnóstico inicial. Es inútil dejar de quererte. Son la negación misma para cualquier gobierno, que aspire a serlo para la generalidad de la gente. Eso del ‘interés general’ les suena a cuerno quemado. Son una minoría desquiciada, autoritarios a la vieja usanza y con añoranzas claras de ‘falangismo’. Son populistas y autocráticos, con la pretensión de imponer a todos sus simplistas soluciones, inspiradas, muchas veces, en una fe y una ética fundamentalista, a mi entender ajena al cristianismo evangélico. Nunca serán alternativa de gobierno a nivel alguno. 

¡Vaya patriotas! Quiero entender que, efectivamente, quienes, de modo legítimo, han venido prestando apoyo electoral a Vox,  buscan (sus dirigentes así lo proclaman), con carácter prioritario, que el ‘sanchismo’ desocupe la Moncloa. Sin embargo, dudo que tal objetivo sea real y guía de su acción política. Los hechos les retratan. Hacen pinza con Sánchez  para así neutralizar la única  alternativa real de gobierno, que representa el PP. Siempre salen a su rescate en los momentos más complicados para el ‘sanchismo’. Caen en la trampa que les tiende Sánchez con la polarización y los instrumentaliza, ¡qué casualidad!, en contra del PP.

Sus dirigentes actuales, sin tener en cuenta la buena gente que les apoya, nacieron “contra el PP”, ha dicho Ayuso con pleno acierto. Rebosan, a la vista de sus manifestaciones y las de sus voceros, envidia y sed de venganza. “Solo viven para ir contra el Partido popular” (Ayuso). Da igual de lo que se hable o de la problemática política que se valore. Siempre sale a relucir la obsesiva y furibunda oposición al PP. Dan la impresión de no querer que éste vuelva a la Moncloa. ¿Cómo entonces piensan cumplir con su hipocritona llamada para que Sánchez la desocupe? ¿Les parece, fieles apoyos de Vox, que su voto se usa en términos de patriotismo? ¿No se sienten utilizados y, en cierto sentido,  traicionados? ¿Por qué, entonces, seguir apoyándoles para que otros satisfagan sus pasiones personales?  

¡Vaya patriotas! Piénsalo un poco. ¿Qué opinan del último volantazo de Vox?

Estoy seguro que ni, en sus peores sueños, se vieron ustedes siendo  sostén electoral de quienes han acabado aliados al imperialismo genocida de Putin. ¡Vaya torpeza! Ustedes, respetables confesores de la fe tradicional, anticomunistas salvadores de la patria, ahora, sin que les hayan pedido  permiso,  se ven enredados y utilizados en un apoyo efectivo al comunismo ruso, invasor de Ucrania. ¿De verdad, votantes de Vox, se creen, como sostiene Abascal,  que “la amenaza de Rusia es inverosímil e increíble”? ¿No sienten vergüenza ajena? ¿Lo van a consentir por más tiempo?  Por favor, no se dejen engañar de ese modo tan vil. ¡Quién  te ha visto y quién te ve!

 Por si fuera poco, Vox, además de manifestarse contrario al inevitable  rearme europeo, se abraza, al mismo tiempo, a Trump, un peligro real contra los intereses españoles  en diferentes sectores productivos. Se arman un lío para explicar  la contradicción que conlleva. Llegan a sostener que “la política arancelaria es fruto del mal hacer de los líderes europeos y, en el ámbito nacional, de socialistas y populares” (Jiménez Losantos).  A esto, se le llama ‘patriotismo golfo’ (Ibidem). A esto, se le llama mentir y manipular incluso a su agente.

Mientras tanto, eso sí, a cargarse, como sea, la alternativa a Sánchez,  que representa el PP. ¡Qué cambio! Siguen fieles al ADN de sus líderes, que nacieron para vengarse del PP, de la patria que dicen defender frente a Sánchez. ¡Patriotismo desquiciado!