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Nuestra huella odorífera

sábado 17 de noviembre de 2012, 11:44h

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Decía Freud que “Al reprimir el sentido del olfato, el hombre ha reprimido su sexualidad”. Y no le faltaba razón, nuestro cuerpo genera un poderoso afrodisiaco: el olor corporal, efluvios que se desprenden de las glándulas ubicadas en las axilas y alrededor de los órganos sexuales. La marca odorífica es tan personal como una huella dactilar.

Durante siglos a través de aceites y perfumes el hombre ha intentado camuflar, borrar o eliminar esa huella odorífica, aunque en muchas ocasiones no lo consigue del todo. Por eso no es extraño que una línea aérea china someta a sus candidatos a piloto, a una prueba realmente extraña para el mundo occidental, se trata de dejarse oler las axilas para comprobar que no desprenden un olor desagradable.

Los inspectores encargados de realizar las pruebas ponen literalmente su apéndice nasal bajo las axilas de los candidatos para olfatearlos.

La compañía tiene poderosos argumentos para exigir este requisito, pues consideran que el personal trabaja muy cerca de las personas y que nadie desea oler  axilas  sudorosas y malolientes de un piloto después de numerosas horas de vuelo. Además de la exigencia de un buen olor corporal, también deben tener lógicamente la titulación requerida y una altura máxima de 1,88 metros.

Lo cierto es que el mal olor corporal puede resultar muy molesto y más aún cuando se trabaja en espacios pequeños llenos de gente como puede ser un avión, el metro o el autobús, hay personas a las que habría que recordarles que una buena ducha y un buen desodorante ayudan a evitar la desagradable experiencia de emitir aromas desagradables.

Existe otro delicado problema odorífero al que los científicos de la compañía japonesa Seiren han dado remedio, desarrollando los primeros calzoncillos que neutralizan olores.

Sí estamos hablando de neutralizar esas ventosidades que salen indecorosas en los momentos menos oportunos, como decía el anuncio de una marca de detergente “el frotar se va acabar” en este caso el mal olor se va a acabar, adiós a los dolores de vientre por soportar horas evitando lo inevitable, ahora esos vientecillos podrán salir libres como el sol cuando amanece.

Por supuesto los calzoncillos  se han convertido en poco tiempo en un artículo super ventas,  para los nipones es una gran solución teniendo en cuenta los espacios masificados en donde se desenvuelven.

La íntima prenda perfumada ha sido el “eureka” para sus creadores, ya que originalmente estaban pensados para eliminar los olores desprendidos por las  personas con colon irritable; ahora los clientes que más los solicitan son hombres de negocios y hombres que trabajan en espacios pequeños.

Como es lógico la empresa ha encontrado una mina de oro y ya comercializa otras prendas, como calcetines que impiden el olor de los pies y camisetas para evitar el olor a sudor.

 

 

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