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El Consell debería hacer las 15 obras viarias pendientes

miércoles 03 de octubre de 2018, 22:00h

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Las obras viarias previstas por el Consell de Mallorca en una docena de municipios de la isla no cuentan con el respaldo del actual equipo de gobierno y corren serio riesgo de quedar en el aire, tal y como ha denunciado la oposición. Se trata de 15 proyectos de mejora o ampliación de carreteras y rondas en varios puntos de gran afluencia de tráfico de la Part Forana. En la lista se incluyen las variantes de municipios como Andratx, Sencelles o Santanyí, pero hay otras obras en localidades como Petra, Sineu, Llucmajor, Inca o Manacor. En todos los casos, son obras reclamadas durante años, que solucionarían los acuciantes problemas de tráfico que sufren estos municipios, incluidos puntos negros de accidentes.

La oposición en la institucion insular, formada por PP, Ciudadanos y El PI, ha formado un bloque para presionar y pedir explicaciones ante lo que consideran una cesión del presidente Miquel Ensenyat y la consellera responsable de Carreteras, Mercedes Garrido, frente a los ecologistas del GOB. Añaden, además, un debate sobre la dudosa legalidad de las intenciones del Consell. De entrada, no acometer estas obras significa la pérdida de 31 millones de euros del Convenio de Carreteras suscrito con el Gobierno central, además de aplazar sin fecha una serie de actuaciones que acabarían con retenciones y problemas de seguridad vial.

El Consell debería priorizar este tipo de obras que permiten adecuar las infraestructuras de Mallorca a la realidad de la isla, especialmente en la temporada alta, cuando crece la densidad del tráfico y se generan constantes problemas. Se trata de anteponer las demandas de los vecinos ante posibles prejuicios ideológicos o a complejos desarrollados por haber acometido otras actuaciones que han supuesto duras críticas al Pacte del Consell por parte de los ecologistas.

La frase "no quiero un muerto más a mis espaldas" con que Ensenyat respondió a uno de los ecologistas que le afeaban haber emprendido la autovía hasta Campos constituye la forma correcta de entender las funciones de una institución responsable de buena parte de las infraestructuras de Mallorca. Si entonces Ensenyat mostró su faceta más institucional, ahora no debería dejar de lado los quince proyectos que, igual que el desdoblamiento hasta Campos, son reclamados hace años.

El precio de contentar a un puñado de ecologistas no puede ser que miles de vecinos y usuarios de las carreteras queden desamparados por una institución que representa a todos. Máxime cuando las obras no son incompatibles con el mantenimiento del entorno, como el propio Consell defendió al aprobar un nuevo proyecto para la autovía a Campos.