La patronal del pequeño comercio, Pimeco, ha cargado contra la administración calificando de “vergüenza” la impunidad con que se deja actuar al top-manta, desde los vendedores hasta las mafias que mueven este ingente negocio ilegal.
La crítica, surgida tras las escenas de calles inundadas por puestos ilegales recogidas por mallorcadiario.com, se suma al balance negativo que hacía este lunes el presidente de Acotur, Pepe Tirado, sobrepasado ya el ecuador de la temporada alta turística. Tirado, representante de 460 comercios asociados al turismo y el ocio, cifra entre el 15 y el 30 por ciento la caída del negocio en lo que va de año, según las zonas y con la excepción de Palma ciudad, que resiste mejor por el plus que significan las escalas de los cruceros.
Todos ellos reclaman mayor atención de las administraciones, desde las municipales hasta las autonómicas o las estatales. La oferta complementaria y los comercios basan sus resultados en las compras realizadas por los turistas, especialmente en la temporada alta y, de momento, ya son cuatro los meses consecutivos que las ventas están por debajo de los objetivos marcados.
Las administraciones deben ser conscientes de la importancia que representa este sector para la economía local, desde los ingresos que significa para miles de familias hasta las recaudaciones en forma de tasas, impuestos o cotizaciones para las propias instituciones.
Es necesario, por tanto, apoyar al sector con medidas concretas, impidiendo la competencia desleal, cuando no flagrantemente delictiva, y descartando actuaciones que puedan ahuyentar la llegada de turistas. En este aspecto, sería oportuno establecer actuaciones surgidas siempre de un mayor consenso: no debería ponerse en marcha ninguna medida que no cuente con un amplio acuerdo entre todos los implicados.
En una materia tan sensible como el turismo y su comportamiento a la hora de elegir nuestra comunidad o de decidir comprar en los comercios locales, debe actuarse sin corsés ideológicos, sin adoptar medidas improvisadas y mostrando un mayor conocimiento del sector. La opinión de aquellos que llevan años volcados en el negocio de turismo, destinando su propio patrimonio a proteger y hacer crecer sus empresas, debe ser tenida en cuenta por los políticos. Por respeto, no amparando nunca actuaciones ilegales, pero también para servirse de una experiencia de muchos años que no tienen quienes están situados temporalmente al frente de las administraciones, y cuyas carencias o errores pueden resultar muy caros en muchos sentidos.