En plena campaña navideña y después del potente mensaje de respaldo al pequeño comercio lanzado desde Pimeco, se ha colado en el escenario un dato que desnuda la realidad de las compras de hoy en día: el comercio electrónico ya genera más puestos de trabajo durante las rebajas que el sector tradicional.
Según un reciente informe, el 58 por ciento de los casi 3.000 contratos que se firmarán en Baleares durante la próxima campaña de invierno están relacionados con el transporte y la logística del e-commerce, mientras que el 42 restante corresponden al comercio de calle o de centros comerciales.
La tecnología avanza por momentos y facilita los hábitos de las nuevas sociedades, marcadas por la inmediatez y la falta de tiempo. Al igual que ya ocurriese en otros ámbitos, como el turismo o el propio periodismo, Internet ofrece una capacidad de acción y reacción tan veloz que los procesos se acortan a minutos o segundos ahorrando un tiempo valiosísimo al usuario. Ya no es necesario desplazarse hasta una agencia de viajes para contratar unas vacaciones ni acudir a un kiosko para estar informado: con el ordenador o el smartphone disponemos de prácticamente cualquier servicio a golpe de clic.
Con las compras no iba a ser menos. Cada vez más usuarios -especialmente las nuevas generaciones, nacidas con un móvil debajo del brazo- optan por adquirir cualquier artículo de cualquier parte del mundo a través de la Red. Mundo global, compras globales.
El camino, en cualquier caso, no pasa por ahogar un modelo de negocio apostando sólo por el otro. El comercio tradicional también genera riqueza y conviene cuidarlo por el tejido social que mantiene. Sin embargo, negar las ventajas de las compras por internet alegando razones como la destrucción de puestos de trabajo es sencillamente falso y este informe lo demuestra: el e-commerce también genera empleo, solo que de otro tipo. Menos presencial, más de coordinación, empaquetado y transporte.
Los tiempos cambian. Es adaptarse o morir.