La de ayer era una de esas noches que aparecía marcada de manera muy especial en el calendario gastronómico de nuestra península ibérica. Efectivamente, llegaba el momento esperado por todos para presentar la guía Michelin España & Portugal 2018 en el hotel The Ritz-Carlton Abama de Guía de Isora, en la isla de Tenerife. Tras un concienzudo análisis y meses de estudio, los responsables de la guía eligieron la isla canaria de entre las numerosas candidatas que quisieron acoger el acto, entre ellas, por ejemplo, Lisboa y Santander, que fueron las otras dos finalistas. Precisamente, refiriéndose al lugar de celebración de este importante evento y pareciendo advertir sobre los resultados finales, Mayte Carreño, directora comercial de Michelin Travel Partner para España y Portugal, señalaba que “este año ha habido un punto de inflexión, y se ha roto el techo de cristal de las ciudades que querían acoger la gala. Eso significa que gastronómicamente están pasando cosas en muchos sitios”…aunque, finalmente, tampoco ha sido para tanto pues, en el concreto caso de Illes Balears, tal y como ha ocurrido también con Aragón, Asturias, Extremadura y Galicia, no hemos podido descubrir nuevas estrellas iluminando el cada vez más poblado espacio gastronómico español.
En cualquier caso, de todo lo visto y oído podemos extraer tres importantes conclusiones: primeramente, resulta indudable que, aun siendo de las Comunidades Autónomas con más restaurantes con estrella de todo el territorio nacional, no es menos cierto que se sigue echando de menos más protagonismo de la cocina balear en este concreto ámbito de las estrellas Michelin. A estas alturas, y por enésima vez, no vamos a entrar a debatir sobre el peso y la incidencia de una guía gastronómica que, lógicamente, sin dibujar el panorama gastronómico real de un determinado lugar, no deja de ser un sello de calidad referente en todo el mundo. Pero quienes vemos la labor que se está llevando a cabo en nuestras islas sabe que en esta lista final encontramos, nuevamente, año tras año, importantes lagunas.
Esto nos lleva a la segunda conclusión, que tiene que ver con el más que merecido reconocimiento que merecen tantos y tantos chefs y todos esos equipos que, día a día, están llevando la gastronomía de Balears hasta cotas, hasta no hace mucho, impensables. No nos cansamos de repetir que se está trabajando mucho y muy bien en nuestras islas. Con el auge y gran explosión de la gastronomía, su protección y su promoción, nos encontramos con todo un producto turístico en sí mismo, con una clara apuesta de todos los profesionales que trabajan en este ámbito: producto, calidad, innovación y mucho trabajo. Son constantes los viajes e intercambios entre nuestros chefs, algunos de los cuales son ya auténticos referentes en sus especialidades. Acercan el mejor producto y la mejor gastronomía a la sociedad balear y a quienes nos eligen como destino. Todos ellos, todos estos fantástico profesionales prestigian su profesión, sitúan en el mapa nuestras islas y nos hacen cada día mejores. Y ante esta incontestable realidad solo nos queda darles nuevamente las gracias. Gracias por la apuesta, por vuestra pasión y por empeñaros, año tras año, en hacernos a todos más grandes. No dejéis de creer, no os detengáis jamás y seguid permitiéndonos disfrutar de vuestra extraordinaria labor.
Y, en tercer lugar, no podemos olvidarnos de un dato objetivo incontestable. Durante el año 2018 seguirán brillando con fuerza nueve restaurantes que suman un total de diez estrellas Michelin en Illes Balears. A todos ellos, muchísimas felicidades por la conquista alcanzada en los años anteriores y por lograr mantenerse entre los mejores nuevamente, tarea nada fácil. Por tanto, enhorabuena a Zaranda, que mantiene sus dos estrellas Michelín; enhorabuena a Adrián Quetglas y Marc Fosh , en Palma; a Argos, en el Port de Pollença; a Andreu Genestra, en su restaurante de Capdepera; a Bou, en Sa Coma; a Es Racó des Teix, en Deià; y enhorabuena a Es Fum, en Palmanova, y Jardín, en el Port d'Alcúdia. Muchas felicidades a todos y gracias por vuestro magnífico trabajo, un año más. Tiene muchísimo mérito seguir trabajando a ese nivel sin desfallecer y marcando nuevos objetivos temporada a temporada.
En definitiva, es para estar orgullosos aunque no del todo satisfechos, si bien no hay duda de que si se sigue trabajando en esta línea, los resultados, incluso los que tienen que ver con la siempre polémica guía Michelin, acabarán haciendo justicia con la maravillosa manera de vivir y entender la gastronomía en nuestras cuatro islas. El camino está marcado, el producto es excepcional y los profesionales, únicos. Por tanto, es solo cuestión de tiempo. Mientras tanto, el cielo puede esperar.