O PSIB y Més aceptan a Baltasar Picornell como presidente del Parlament o Podem rompe los Acords pel Canvi firmados al comienzo de la legislatura. Este es el chantaje al que los líderes de Podem someten a sus socios tras haber causado una crisis institucional en el Parlament de la que no hay precedentes y que ahora trasladan al Govern de Francina Armengol. No contentos con esto, además acusan de clasistas a sus socios al no aceptar a Picornell porque es carpintero metálico, imputación que ha indignado a PSIB y Més.
Para no tener apego a los cargos, Podem lanza un órdago de calado imponiendo un nombre, en lugar de buscar el consenso con sus socios, pues es más que evidente que hay otros diputados y diputadas en la formación morada que sí concitan consenso y parecen tener un perfil más idóneo que el joven activista republicano.
Ante esta amenaza, Armengol y Barceló deben plantarse y poner en su lugar a Podem. Ahora sí que es imposible aceptar a Balti Picornell como presidente de la Cámara, pues de hacerlo quedará claro que tanto PSIB como Més, se pliegan a las amenazas de Podem. Y además, conviene pensar que si le hacen presidente, será hasta el final de la legislatura y es una decisión que no tiene marcha atrás.
Y si Podem de forma irresponsable e injustificada, decide romper el pacto, Armengol puede buscar los votos que le hagan falta en otras formaciones que ya le han ofrecido su colaboración. Serán Camargo y Jarabo quienes habrán optado por el divorcio por su tozudez e intransigencia, atributos que Podem demuestra tener en abundancia.