El Casco Antiguo necesita un centro de interpretación
miércoles 07 de mayo de 2014, 17:26h
El Casco Antiguo está viviendo un crecimiento espectacular. Sólo la Plaza de Cort tendrá tres hoteles. Las solicitudes de licencias para abrir nuevos establecimientos-boutique se extienden desde los aledaños del Baluard del Príncep hasta Jaume III. El Borne también tendrá nuevo hotel muy pronto, así como la calle Santa Bàrbara.
A su vez, la oferta de restauración, pese a las dificultades, continua su empuje. La belleza cargada de historia del Casco Antiguo palmesano es única. En este contexto se inscribe la voluntad de Cort de convertirlo en Patrimonio de la Humanidad.
Es por estos motivos tan contundentes que resulta incomprensible que el Ayuntamiento haya abandonado por completo su antigua idea de hacer un centro de interpretación de Palma. Hace años se hablaba de que podría ubicarse en el Baluard del Príncep, pero la primera fase de la restauración ya está terminada y ni siquiera se planteó la posibilidad a la hora de la verdad. Es difícil de entender tan poca iniciativa pública a favor del turismo en Palma ahora que la privada va como un tiro. Es de aplaudir que Cort casi no ponga trabas burocráticas cuando acuden a los empresarios que piden al Ayuntamiento los permisos para abrir nuevos hoteles boutique. Es muy importante tal tolerancia por la iniciativa privada, pero no basta.
Hay que dar a conocer mucho más el Casco Antiguo a nuestros visitantes (y a nuestros escolares) con la puesta en marcha de un centro de interpretación modélico, amplio y de alta calidad. Es el que se merece una ciudad fundada en el 123 antes de Cristo que fue romana durante siglos y luego bizantina. Hay que explicar también su floreciente etapa musulmana cuando Madina Mayurqa llegó a ser una de las ciudades más florecientes del Mediterráneo. El trazado de las actuales calles permite descubrir la ciudad romana y la musulmana a cualquier paseante, así como las épocas posteriores. Hay que mostrar la conquista de Jaume I. Y también la construcción de las murallas renacentistas justo después de la batalla de Lepanto, cuando un tercio de la flota otomana eran en realidad nuestros vecinos argelinos. La historia y el patrimonio que albergan el Casco Antiguo es inmenso, un auténtico tesoro al servicio de nuestros visitantes.
Un centro de interpretación que incluya maquetas de las diferentes épocas, acompañado por planos, imágenes y oferta audiovisual es fundamental para que los turistas aprecien este núcleo en toda su dimensión y categoría.
Supondría, también, una revalorización inmobiliaria de toda la zona, dado su inmensa categoría histórico artística, que se sitúa muy por encima de coyunturalismos de depreciación de activos tóxicos o de burbujas del ladrillo. Eso son dramas contemporáneos que nada tienen que ver murallas para adentro.
De momento, Palma sólo tiene un par de oficinitas de turismo que reparten algunos folletos. Es poquísimo dado el enorme potencial que alberga nuestra eterna Palma antigua. Poquísimo e incluso penoso. Una vez más, el esfuerzo privado va muy por delante de la acción pública. Y eso, al final, perjudica a todos.