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El carrill bus-VAO no es una cuestión de legalidad, sino de utilidad

miércoles 02 de agosto de 2023, 00:00h

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El carril bus-VAO de Palma o, mejor dicho, el compromiso electoral del presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, de eliminar tan controvertido tramo de la autopista del aeropuerto en sentido de entrada a Palma, está levantando una agria polémica y se topa con la oposición, no sólo de los partidos de izquierdas, que tuvieron la idea de crearlo, sino también con los órganos del Gobierno central. La institución titular de la vía, por lo visto, no puede libremente suprimir aquel carril especial sin autorización de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Ante la negativa de la DGT a regresar a la situación anterior, como reclama el Consell de Mallorca, el conseller insular de Territorio, Movilidad e Infraestructuras, Fernando Rubio, aseguró que el carril bus-VAO era “ilegal”, según un informe de los técnicos del Consell. Tan taxativa y rotunda afirmación, que cuesta aceptar, pues no es razonable pensar que la institución insular, con el visto bueno de la DGT, durante el mandato de la presidenta Catalina Cladera y el conseller Iván Sevillano, habilitaron un carril especial para buses, taxis, motos y vehículos particulares con más de una persona a bordo, deliberadamente en contra de la normativa. Carece de lógica.

Este lunes, tras el pleno del Consell, la polémica se centró en la interpretación de la normativa técnica del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. El Consell de Mallorca sostiene que el carril no se ajusta a dicha normativa, mientras que la DGT y el Gobierno central defienden lo contrario. Pero el quid de la cuestión no estriba en la legalidad o no del carril bus-VAO, sino si ese carril especial ha mejorado la fluidez del tráfico a la entrada a Palma. Y eso es algo que salta a la vista que ha empeorado notablemente desde que se creó dicho carril. Muy a menudo la retención llega al kilómetro 12 de la Ma-19, en Es Pil·larí.

La práctica ha demostrado que la creación del polémico carril fue una medida netamente ideológica, con el teórico objetivo de favorecer el uso del transporte público y aumentar la ocupación del vehículo privado. Todo muy loable. Pero la realidad es que se suprimió un carril de entrada a Palma, lo que genera retenciones puesto que el resto de carriles, uno o dos, dependiendo del tramo, se demuestran insuficientes para absorber todo el tráfico.

El anterior equipo de gobierno de izquierdas, con la soberbia característica del exconseller Iván Sevillano, hizo oídos sordos a las quejas de los conductores, algo que sin duda tuvo su respuesta en las urnas el pasado día 28 de julio. Es por ello que el actual equipo de gobierno debe hacer aquello a lo que se comprometió, suprimir ese cuello de botella tan pronto como sea posible. Aunque tenga que sortear todo tipo de trabas que los causantes del desaguisado no dudarán en poner.