El candidato estrella

Ya será por la actitud considerada y ejemplar que han tenido Mateu Isern y sobre todo Marga Durán, que el PP de Palma se ha evitado tener un enfado generalizado en sus bases.

Lo sucedido con los populares de la capital no es una situación que no se haya visto en muchos comités locales de pueblos, a saber, mientras que un grupo más o menos nutrido de correligionarios se meten en el barro durante cuatro años para buscar afiliados y divulgar el proyecto político, la dirección del partido busca a un candidato más o menos estrella porque consideran que con lo que tienen en su momento no es suficiente para obtener un óptimo resultado electoral.

Y puede que sea verdad que con ese nuevo candidato se tenga un mejor resultado, pero también lo es que este tipo de acciones resultan molestas en sobremanera para los afiliados de base que han aguantado el palo y la vela cuando el viento soplaba en contra y el candidato estrella no estaba ni se le esperaba.

En Ciencias Políticas se estudia lo que se llama el Derecho del Reconocimiento, como elemento primordial para tener a las personas contentas. A sensu contrario, aquellos afiliados que observan que su trabajo no es suficientemente reconocido por la dirección al designar a un candidato lanzado con paracaídas, es muy probable que dejen de trabajar en el mismo modo activo que lo iban haciendo. Y recordemos que los afiliados de base son el corazón y el pulmón de todo partido político.

En el caso concreto del PP en Palma, de momento no se ha escenificado la situación descrita, probablemente porque aún se está bajo los efectos de la retirada de Rodríguez, sin embargo, si Durán hubiera querido hubiera podido, como poco, escenificar la injusticia de dinámica de los partidos.