Una pésima primera parte les ha pasado factura. El Atlètic Balears ha caído este domingo 1-0 ante el Lleida Esportiu.
El equipo ilerdense salió con mucha fuerza y encerró en su campo a un Atlétic Balears que se vio sorprendido por el empuje local. Mientras los balearicos no encontraron su sitio en el amplio campo de la Terra Ferma, los de Siviero, comandados por un omnipresente Javi Casares, no cesaron de crear ocasiones de gol. Ya en el minuto 8, Aulestia evitó el 1-0 ante Cristian Alfonso; en el 15, de nuevo Aulestia evitó que los catalanes se adelantaran en el marcador ‘tapando’ un remate de Javi Casares, y en el 19 llegó el 1-0 en una acción de contragolpe culminada por Guillem Martí. Y es que el primer tiempo fue un monólogo futbolístico de los catalanes. En el minuto 38, el Lleida reclamó gol en un balón que se paseó sobre la línea y que acabó impactando en un poste de la porteria balear. El árbitro dejó seguir. Antes del descanso, una nueva opción de ataque local, esta vez protagonitzada por Cristian Alfonso, hizo trabajar a fondo a Aulestia. Mientras tanto, el Atlético se fue al descanso inédito en ataque.
Tras el intermedio, Ziege retiró a Cristeto y metió en el campo a Marcel. Apenas empezar, pudo llegar el empate. Kike se plantó solo ante el meta local Álvaro Campospero no pudo superarle en el uno contra uno. Fue la primera ocasión ‘balearica’ tras 50 minutos de partido. A partir de aquí, sí que los isleños se echaron arriba. El esférico merodeó el área catalana pero los isleños, con Jurado muy solo en punta, no aprovecharon su fuerte salida tras el descanso.
Por su parte, el Lleida vio como Aulestia –otra vez él- enviaba a córner un cabezazo envenenado de Quintilla que se colaba junto al travesaño.
Cuando aún no se había llegado a la media hora de la reanudación, Ziege metió a Avi y retiró a Tete buscando soluciones. Kike y Jurado rozaron el 1-1, pero no... Por su parte, el joven Doncel, que había substituido a Quintillá, en acción personal, a punto estuvo de lograr el 2-0, però el remate definitivo tras un gran eslalon, se marchó fuera, rozando la base del poste. Y el encuentro murió con alternativas pero se decantó del bando local.