El recién nombrado Comité Autonómico de Ciudadanos en Baleares se enfrenta a su primera crisis a las pocas horas de su estreno. La composición del nuevo comité ha provocado el abandono de la formación del único concejal de Ciudadanos en Sóller, Sebastià Aguiló, en una acción que anuncia el inicio de una serie de fugas de afiliados disconformes con el método elegido para conformar la cúpula del partido en las Islas, dolidos por la marginación de quienes fueron elegidos en primarias y preocupados por la entrada en la dirección de personas como José Ramón Bauzá, ex presidente autonómico por el PP y actual eurodiputado de Ciudadanos en la cámara europea.
La formación que ahora encabeza Patricia Guasp en Baleares se ha marcado como objetivo implantar el partido en todas las Islas y "volver a ilusionar" a los afiliados. Ciudadanos, con cinco diputados en el Parlament balear y unos pobres resultados en las últimas elecciones generales, tiene ante sí un difícil reto. El error sería descartar en este afán las nuevas formas que partidos de nuevo cuño como Ciudadanos se plantearon al llegar al escenario político.
Incorporar a la dirección a políticos de largo recorrido -pero escasa trayectoria en el partido- como José Ramón Bauza no contribuye a ofrecer la imagen de frescura que persigue la formación; más bien le imprime un barniz de vieja política que, a priori, no ayuda a afianzar el objetivo de generar ilusión y confianza entre las bases. De ahí, el desencanto de aquellos que en los próximos días podrían emprender el camino de salida.
Mucha tarea de base le espera a Patricia Guasp si aspira, como señaló en la presentación del nuevo comité, a demostrar que la formación tiene capacidad para gobernar. Para escalar más allá del cuarto puesto que le otorgaron los votantes baleares en mayo de 2019, no bastará con un sólido programa; es necesario mostrar solidez, esquivar la imagen de que las decisiones de calado se toman en Madrid y evitar conflictos internos de los que Ciudadanos en Baleares ya acumula más de un episodio. Xavier Pericay -cuyos defenestradores son ahora los sentenciados- y Olga Ballester tendrían mucho que decir sobre las intrigas y maquinaciones que han llevado al partido a esta situación.