Hace unos días se conocieron los datos de paro de enero, confirmando la tendencia a la baja en la comunidad balear, también en temporada baja y tras las cifras de la campaña de Navidad. El desempleo bajó en 582 personas de diciembre a enero en las Islas y se redujo un 12,45 respecto a enero de 2022. Además, la media de afiliación a la Seguridad Social fue en enero de 466.041 trabajadores, lo que representa un incremento interanual del 3,15 por ciento. Las Islas fueron además la única comunidad en la que se redujo el paro entre diciembre y enero.
Administración y agentes sociales han coincidido en señalar la importancia que tiene la tendencia a una apertura temprana de los hoteles en esta evolución positiva del mercado laboral en Baleares. La Asociación de Hoteleros de Playa de Palma (AHPP) prevé que este mismo mes de febrero se encuentre abierta el 47 por ciento de la planta hotelera de esta zona, con muchas aperturas realizadas ya el pasado viernes, día 2 y casi todas las quedan, previstas para antes de finales de abril.
La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) ha celebrado que la apuesta que está haciendo el sector por abrir durante cada vez más tiempo esté dando frutos, lo que se comprueba con los citados datos del paro, en los que Baleares es la única comunidad de España donde el paro del sector servicios bajó en enero.
El escenario es positivo y permite augurar a estas alturas la repetición de las buenas cifras alcanzadas en 2023, cuando las Islas recibieron un 9,1 por ciento más de turistas, hasta superar los 14,4 millones de visitantes, que además gastaron un 16,4 por ciento más que el año anterior, hasta sumar 17.722 millones de euros.
Los nubarrones en este paisaje de bonanza, sin embargo, pueden llegar por la dificultad que las empresas encuentran a la hora de captar mano de obra, tanto cualificada como sin cualificar. En este sentido, es importante avanzar en dos frentes: por un lado, actuar para que el acceso a la vivienda -especialmente crítico en Baleares- no sea un obstáculo insalvable para atraer trabajadores a las Islas y, por otro, no acometer reformas como la planteada por el Gobierno central para reducir la jornada laboral o aumentar el salario mínimo sin pactarlo previamente, provocando grandes complicaciones a las empresas, que son las que tienen que crear empleo.