Hay quien tiene la costumbre de poner la televisión para echarse una cabezadita después de comer, pero puede que no lo consiga si coincide con el momento de los informativos. En el terreno político, nos encontramos ante unas posibles terceras elecciones; la escisión dentro del PSOE; múltiples casos de corrupción como los de J. Matas, que no podrá disfrutar de la herencia de su madre, y qué decir de la triste princesa destronada, Mª. Antonia Munar. En el ámbito económico, la fusión de algunas entidades bancarias, su saneamiento; pero sobre todo, las comisiones de las cuentas y tarjetas son paradójicas. Los clientes que más dinero tienen están libres de comisiones, mientras que el ciudadano que no posee muchos ahorros no está exento de ellas. Lo mismo ocurre con los precios rebajados que te ofrecen por el cambio de compañía telefónica; sin embargo, las ofertas no son extensibles si te mantienes fiel a la misma.
Una de las formas de evasión en estos casos es el consumo de prensa rosa y de telebasura. La exclusiva de la boda de Makoke con Kiko Matamoros, la de Paquirrín; la casa de Mª Teresa Campos y la de Terelu,… captan el interés de los lectores y espectadores. Nadie se pregunta el porqué del fenómeno de masas que creó Belén Esteban, si al final es famosa por haber tenido una hija de un torero que levantaba pasiones y que en dos palabras decía : “ im, presionante”.
Los alumnos del siglo XXI cuentan con una educación en valores como la libertad, el esfuerzo, la confianza, la curiosidad, la vida saludable, el sentido crítico, la prevención de la violencia, la resolución pacífica de conflictos,… para enumerar algunos de los que se trabajan en los colegios y que fuera de ellos, desgraciadamente no se transmiten. Pongamos como ejemplo el último preocupante caso de “buylling” que conocemos. Desde que ocurrió, todos nos posicionamos -no siempre acertadamente- y emitimos el veredicto de culpabilidad sin tener toda la información necesaria. Solo nos interesa saber quién es el culpable de tan atroz acto y que pague con su correspondiente castigo, en lugar de prever posibles soluciones anticipadamente o intentar evitar que estos hechos no se repitan. Desde luego, las nuevas leyes educativas descalifican la materia de Ética en Secundaria y la de Filosofía en Bachillerato, cuando más se precisan en la sociedad actual, porque sin valores éticos ni morales estamos abocados al fracaso. Los niños y jóvenes de hoy, tienen criterio y saben reconocer el bien del mal pero están acostumbrados a vivir cómodamente, sin esforzarse para conseguir la meta que quieran alcanzar y, algunos ni siquiera tienen un objetivo claro, pero con el ejemplo que les damos en el aspecto político, económico, religioso, social… no podemos pretender conseguir milagros instantáneos y tacharlos de bichos raros por valorar únicamente el dinero y consecuentemente el poder que otorga. (“Poderoso caballero es Don dinero”). Necesitamos ejemplificaciones para realzar los valores en la educación y mejorar la sociedad futura. ¡A por ellos!